Mérida: cálido, familiar y ¡con mucho sabor!

Cuando escuchamos hablar de la península del Yucatán, lo primero que nos pasa por la cabeza es Cancún, arena blanca y ruinas arqueológicas como Chichén Itzá. Sin embargo, esta región del sur de nuestro país tiene muchos más rincones esperando por ser visitados.

Una de las grandes maravillas de este estado es sin lugar a duda Mérida.

La primera sensación que todo visitante tiene al llegar a esta pequeña ciudad es calor, pues bajas del avión y de inmediato sientes como uno empiezas a sudar y se te empiezan a pegar los jeans.

La segunda impresión, ya recorriendo la ciudad hacia el hotel o apartamento de destino, es que ¡la ciudad está desierta! A diferencia de otras metrópolis mucho más grandes poblacionalmente y geográficamente hablando, Mérida, es de un tamaño mucho menor. Sin embargo, los recién llegados estarán a punto de descubrir que todo tiene una razón de ser, pues la gente sale cuando empieza a caer el sol, ya que durante el día es demasiado caluroso.

Los únicos que podrías toparte en tu recorrido a pie por la ciudad son turistas, que lejos de huir del sol lo buscan como un bien preciado que no tienen en sus lugares de origen. El recorrido por el Paseo Montejo con sus majestuosas casas que nos recuerdan a un estilo francés, La Catedral de Mérida y la Casa Montejo son algunos de los puntos imprescindibles que tienes que visitar.

El recorrido por estas calles relaja, tranquiliza y transporta a un lugar paradisíaco en donde solo falta comer. Y es aquí donde Mérida nos sorprende con todo su esplendor: la cochinita pibil de la Chaya Maya, los panuchos, el queso relleno, las marquesitas del centro, la sopa de lima…todo, absolutamente ¡todo es delicioso!

Pasan los días, y hay que regresar a las ciudades de origen, pero esta zona tiene una última sorpresa para terminar de enamorarte y hacerte el regreso a casa más dulce. Una parada obligatoria en el aeropuerto de Mérida –y un éxito seguro– son los panes rellenos de queso crema en todas sus distintas presentaciones de Tere Cazola.

Debido a todo esto les recomendamos que conozcan este gran lugar, y si ya lo conocen ¡vuelvan!

¡Viajen, disfruten y compartan!