Donde alguna vez unas monjitas buscaron la iluminación en los santos, hoy la gente lo hace en los libros. La Sala de Lectura Ana Buriano no ha dejado de ser un santuario: solo cambió los rezos por lecturas, pero el silencio, la calma y la belleza del lugar siguen intactos. Es un espacio arquitectónico sorprendente y una biblioteca poco común, porque sí, antes era una capilla. Esta sala forma parte del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, mejor conocido como Instituto Mora, un centro público de investigación y docencia especializado en historia y ciencias sociales. Se encuentra a solo unas calles del Parque Hundido y a dos del Metro Mixcoac. Si te gusta estudiar o trabajar rodeado de silencio y belleza, esta podría ser tu nueva ‘oficina’ favorita.

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La Sala de lectura Ana Buriano: una capilla convertida en biblioteca
La Sala de lectura Ana Buriano se encuentra en la sede Poussin del Instituto Mora en un edificio que originalmente funcionó como convento de la Congregación de María Reparadora, fundada en el siglo XIX por Emilia d’Oultremont. El Instituto Mora lo adquirió en 2013, y lo que antes era la antigua capilla se transformó en esta sala de lectura tan especial. Por eso, conserva el aire solemne de una iglesia, con vitrales que dejan pasar la luz natural y detalles arquitectónicos propios de un espacio de culto. La conversión de un espacio de culto en una biblioteca es un ejemplo fascinante de cómo un espacio puede adaptarse a nuevos propósitos sin perder su esencia. Lleva el nombre de Ana Buriano Castro, historiadora y profesora-investigadora del Instituto Mora, en reconocimiento a su trayectoria académica y su importante papel en la creación de este espacio. Aunque está abierta al público, no es un sitio turístico, sino un rincón perfecto para estudiar, trabajar o hacer investigación.


Otra joya del Instituto Mora: la Biblioteca Ernesto de la Torre Villar
Pero los tesoros del Instituto Mora no terminan en la Sala de lectura Ana Buriano. A solo tres calles de ahí se encuentra su sede principal, donde también está otra biblioteca fascinante: la Biblioteca Ernesto de la Torre Villar. Este espacio es reconocido por su valioso acervo especializado en historia y ciencias sociales, además de incorporar tecnología para facilitar el almacenamiento, recuperación y difusión de la información. Su ubicación también tiene historia: el edificio fue, en su momento, la casa de campo de Valentín Gómez Farías, político liberal que llegó a ser vicepresidente de la República. La construcción data del siglo XVIII. En 1976 se fundó ahí la Asociación Bibliotecas Mexicanas A.C., que más tarde daría origen al Instituto Mora, creado oficialmente por decreto presidencial en 1981.


Razones para visitar las bibliotecas del Instituto Mora
Tanto la Biblioteca Ernesto de la Torre Villar como la Sala de lectura Ana Buriano comparten uno de los fondos especializados en historia y ciencias sociales más importantes de México: más de 165 mil ejemplares repartidos en 62 colecciones, incluyendo una valiosa selección de publicaciones del siglo XIX. También resguardan un fondo antiguo con más de 10,000 volúmenes, una colección mixta con ejemplares coloniales, europeos y americanos de los siglos XIX y principios del XX. Ambas bibliotecas ofrecen servicios de consulta, préstamo, digitalización, asistencia en la búsqueda de información y acceso a recursos digitales para investigadores, estudiantes y curiosos. Lo único que necesitas para entrar es una identificación oficial. Abren de lunes a viernes de 8:00 a.m. a 8:00 p.m., y los sábados de 10:00 a 14:00 p.m. Así que si te gusta estudiar, trabajar o simplemente estar rodeado de libros en un espacio bonito y tranquilo, ya tienes dos joyas que debes conocer en Mixcoac.
Dirección: Poussin 45, San Juan, Benito Juárez
Página: institutomora.edu.mx


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