¿Te ha pasado que tu amiga usa un labial que te encanta, pero a ti sencillamente no te luce igual? No es secreto que hay colores y paletas que nos van mejor que otros y que esto tiene mucho más que ver con nuestro propio cuerpo que con los productos que utilizamos. Existen cientos de pruebas, ‘quizzes’ y filtros en internet para ayudarte a determinar qué tonos elegir a la hora de maquillarte, pero la realidad es que no es necesario complicarse demasiado para armar un look balanceado y favorecedor, es solo cuestión de prestar atención a estas tres partes de tu cuerpo.
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En primer lugar, saber el subtono de tu piel puede cambiarte la vida al momento de elegir no solo maquillajes, sino también ropa, joyería, accesorios, y hasta el color de tu pelo. A diferencia del tono de la piel, el subtono no cambia ni cuando nos asoleamos ni cuando palidecemos, por lo que es una constante que, una vez que conoces, puedes abrazar por el resto de tus días. Ahora, seguramente habrás escuchado de varios métodos para determinar el subtono de tu piel, pero una manera muy sencilla y cero complicada de hacerlo es mirando la parte interior de tus muñecas, donde más se marcan las venas: si estas se ven azuladas, significa que tu subtono es frío, si más bien son un poco más verdes, tu subtono es cálido, y si son algo intermedio o una mezcla de ambos, puede que tu subtono sea neutro.
El subtono de la piel es un parámetro estupendo para saber qué base y corrector te va mejor. Para pieles con subtonos fríos, se recomienda elegir bases que tiendan más hacia los rosas, mientras que para los subtonos cálidos, es mejor decantarte por una base más amarilla. Si tu subtono es neutro, cualquiera de las anteriores te sienta bien. Esto también sirve para guiarte dependiendo del ‘look’ que quieras lograr: si tu intención es un maquillaje natural, busca que las sombras de ojos, el labial y el rubor sigan esta misma lógica, mientras que para maquillajes más impactantes, se aconseja precisamente contrastar con las tendencias opuestas.
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En segundo lugar, tus labios —específicamente el centro de tu labio inferior— es una gran guía para elegir un blush que le de color a tu rostro sin romper por completo con la armonía de la piel (no importa que luego te pongas labial). Con esto, se logra un efecto balanceado y cohesivo, pues son colores que naturalmente se fusionan con tu tono de piel.
Finalmente, para elegir el mejor tono entre la enorme variedad de labiales ‘nude’ en el mercado, el mejor indicador es el color de tus pezones. Sin embargo, vale la pena recordar que los ciclos hormonales y la edad pueden cambiar ese parámetro, así que tampoco conviene clavarse demasiado buscando el color exacto, y más bien probar algunos que se le parezcan.
