Las cantinas son uno de los recintos con mayor riqueza histórica en México ya que, además de laborar como punto de encuentro para el goce de todo tipo de bebidas alcohólicas, han desempeñado un papel importante en la cultura y la vida social del país. La CDMX abunda en variedad de cantinas características por su encanto clásico y tradicional, y aquí te compartimos la historia de una de las más antiguas.
Entre la increíble variedad de cantinas históricas, El Nivel se establece como la más antigua en la CDMX, ya que se afirma fue la primera en su tipo en obtener el permiso oficial para vender alcohol en México. Si bien ya no se encuentra abierta para su visita, vale la pena recordar su historia y reflexionar sobre el papel que representaban estos recintos durante tiempos antiguos, ya que además solían ser puntos de encuentro para artistas, intelectuales y revolucionarios.
El Nivel abrió sus puertas oficialmente en 1857, justo en la esquina entre las calles Moneda y Seminario en el Centro Histórico, y rápidamente frecuentada por figuras públicas importantes. Al principio no tenía un nombre formal, pero debido a que en 1878 se inauguró el Monumento Hispográfico en sus inmediaciones, y a éste se le conocía bajo el nombre de ‘El Nivel’, a la cantina popular se le comenzó a llamar con el mismo nombre.
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Por muchos años desde su apertura, la cantina El Nivel se mantuvo presente como un sitio destacado por su importancia cultural, al igual que como un espacio de reunión informal donde disfrutar todo tipo de destilados y tragos clásicos. Fue en 1925 que el gobierno adquirió la propiedad, que actualmente se conoce como el Museo UNAM Hoy, un espacio dedicado a la historia universitaria, el intercambio de saberes y el compromiso social.
Cabe destacar que su construcción pasó por varias facetas a lo largo de los años, desde templo a Tezcatlipoca y espacio sagrado, hasta juguetería y centro cultural. Entre las personalidades que pasaron por su espacio destacan Luis Donaldo Colosio, José López Portillo y Carlos Monsiváis.