Ubicado a las afueras del Pueblo Mágico de Comala, la Hacienda San Antonio se ha convertido en uno de los alojamientos de lujo de mayor importancia dentro del estado de Colima, debido a su imponente arquitectura, grandes jardines y la magnífica historia que gira en torno ella. Al igual que su localización en medio de la naturaleza rodeada de una inmensa vegetación, colindante con las faldas de un volcán activo en México, que permiten al huésped sumergirse en una atmósfera mágica dentro de una antigua construcción preservada.
La historia de este alojamiento de lujo ubicada en el paraíso de las tierras altas de Comala, comienza en el año de 1879, cuando era el centro de una plantación cafetalera servida únicamente en el Waldorf Astoria en Nueva York–hotel de lujo en Manhattan–y bebida por la familia imperial alemana. Con el paso del tiempo, la propiedad estuvo en manos de diferentes propietarios, resistió guerras y las erupciones del volcán activo en México que parece custodiarla. Finalmente la hacienda pasó a manos de James Goldsmith–un magnate británico–, quien la transformó en un hotel boutique de aires románticos.
A partir de entonces, la Hacienda San Antonio fue catalogada como una de las construcciones más bonitas e imponentes de la región. Cada espacio, cada detalle fue intervenido por el diseñador francés, Robert Couturier, quien creó una edificación clásica europea. Mientras tanto, su hija, Alix Marcaccini y el diseñador de interiores, Armand Aubery se encargaron de la decoración, espacios sutiles y elegantes que conservan el encanto y la comodidad de una casa familiar. También se preservaron sus grandes jardines y el Rancho Jabalí, el lugar donde se producen, siembran y cosechan los alimentos que se sirven en la hacienda.
Este hospedaje de lujo cuenta con tan solo 25 suites exclusivas, algunas con vistas al jardín o al imponente volcán de Colima. Cada una de estas habitaciones está diseñada para optimizar el descanso y la comodidad. Su diseño evoca al estilo francés tanto en fachada como ventanales y puertas que conducen a terrazas de piedra volcánica. Adicionalmente, cada suite cuenta con todas las amenidades; camas extra grandes, baño grande con bañera y ducha, minibar con estación de cócteles y Wifi para estar conectados en todo momento.
Adicionalmente, este hotel ofrece a sus visitantes realizar diferentes experiencias en medio de la naturaleza como picnics a las orillas de la Laguna Jabalí, equitación, paseo en globo de aire, bicicletas, motonetas, recorrido en coche por el rancho y el tour de café y queso, por mencionar algunos. También cuenta con un restaurante–terraza-donde el huésped puede degustar platos mexicanos elaborados con ingredientes orgánicos, o tener una cena romántica privada acompañadas de música de mariachis o simplemente nadar y disfrutar del excepcional clima en una de las piscinas más bonitas al aire libre, en el spa o en la cancha de tenis.