México está repleto de destinos históricos cuyas calles han sido testigo de los eventos más importantes de la construcción de nuestra nación, pero pocos están tan cargados de anécdotas y han participado tan activamente en los hitos de la historia del país como Santiago de Querétaro. Este fue el primer asentamiento permanente de peninsulares en el Bajío, y hoy en día el Centro Histórico de Querétaro es considerado Patrimonio de la Humanidad por su traza única que conserva los vestigios de su pasado prehispánico y colonial.
Fundada en 1531 por Fernando de Tapia (chichimeca convertido al catolicismo), esta ciudad resguarda incluso en su nombre esa doble raíz que consolida su identidad: por un lado, Santiago hace alusión al santo del catolicismo —pues se dice que los españoles no derrotaron a los chichimecas, sino que estos se rindieron voluntariamente después de ver en el cielo la cruz de Santiago Apóstol—, mientras que la palabra Querétaro deriva del purépecha ‘lugar de las piedras grandes’. Y es que el sincretismo es la columna vertebral de la que hoy es capital del estado homónimo, pues desde su llegada, los europeos convivieron con las comunidades otomíes, tarascas y chichimecas que ya vivían en la zona.
Vale la pena recordar que esta fue una de las primeras ciudades fundadas por los españoles tan solo diez años después de la caída de Tenochtitlan, y de esta forma se convirtió en base para la fundación de otros asentamientos en el Bajío, muchos de las cuales se ubican dentro de lo que hoy es Guanajuato —como León, Real de Minas y Celaya— e incluso la ciudad de Aguascalientes. Durante el periodo virreinal, esta ciudad fue uno de los centros políticos y comerciales más importantes de la región, dando pie a un esplendor económico y que todavía hoy se puede comprobar en sus espléndidas fachadas barrocas de sus edificios seculares y religiosos y en el enorme acueducto construído en el siglo XVIII, soportado por 74 arcos de cantera con una longitud de 1280 metros.
Hace unas décadas, el Centro Histórico de Querétaro fue reconocido como Patrimonio de la Humanidad gracias a su traza original de los primeros años de la conquista y a su alta densidad de edificios antiguos fechados entre los siglos XVII y XVIII. Una de las particularidades de esta zona es que conserva, por un lado, la traza cuadrangular típica de las ciudades coloniales, mientras que al mismo tiempo mantuvo los callejones serpenteantes de los barrios indígenas.
En suma, en el Centro Histórico de Querétaro podemos encontrar 1400 monumentos protegidos y joyas arquitectónicas que revelan la historia y el poderío de la ciudad durante los siglos XVI y XVII, como montones de conventos —como el los de Santa Clara, Santa Rosa, la Santa Cruz y San Francisco—, el claustro de San Agustín e incluso la Casa de la Corregidora. Como te habrás imaginado ya, esta última construcción fue el escenario en el que nació la lucha independentista que se ganaría la autonomía de México en el siglo XVIII, y hoy en día es la sede del Palacio de Gobierno estatal.
En tu paseo por el Centro Histórico de Querétaro, te recomendamos descubrir el Andador 5 de Mayo, pues a lo largo de este pequeño pasadizo cerrado al tránsito de automóviles podrás maravillarte con esa arquitectura barroca de los siglos de oro que demuestran que esta ciudad fue y sigue siendo una de las más bonitas y magníficas del país. Además, por las noches este lugar se convierte en escenario de las famosas ‘callejoneadas’ y recorridos de leyendas para descubrir el lado más místico de este antiguo pueblo colonial.
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