Si hay dos cosas que no le faltan a México, son paisajes deslumbrantes y comida deliciosa. Existen montones de destinos que reciben a sus visitantes con los brazos abiertos, listos para desayunar manjares para todos los gustos. Estos pueblos son ideales para comer tamales, y después pasear por sus calles empedradas, descubrir sus templos y sitios históricos, caminar por sus senderos en medio del bosque y deleitarte con un ‘atolito’.
San Martín de las Pirámides, Estado de México
A solo una hora y media desde la CDMX, San Martín de las Pirámides es un pueblito que seguramente has visitado si alguna vez has ido a las pirámides de Teotihuacán. Sin duda, vale la pena llegar muy temprano para ver el amanecer desde un globo aerostático mientras sobrevuelas el sitio arqueológico. Una vez terminado este recorrido, puedes dedicarle la mañana a desayunar en el Mercado Gastronómico Artesanal, donde encontrarás espectaculares platos como barbacoa, mixiotes, tlacoyos, tortillas hechas a manos, alimentos de temporada y, por supuesto, exquisitos tamales. Pide un atole para llevar y tómatelo mientras descubres los talleres artesanales especializados en la elaboración de piezas de obsidiana.
Malinalco, Estado de México
Si sales temprano de la CDMX, en tres horas —o incluso menos— estarás llegando a Malinalco, uno de los Pueblos Mágicos más bonitos del Estado de México. Este lugar conserva sus tradiciones indígenas vigentes, sobre todo a través de la gastronomía, de modo que lo mejor será llegar a desayunar tamales en el mercado de la calle Juárez antes de dar una vuelta por el pueblo. No te pierdas los increíbles murales del Ex Convento del Divino Salvador, el centro ceremonial mexica de Cuauhtinchán —parece Petra, pero es el único templo monolítico en Mesoamérica, labrado en la roca del Cerro de los ídolos— y los rincones relajantes del Centro Holístico Ollinyotl.
Tapalpa, Jalisco
Si sales de Guadalajara, en solo dos horas llegarás a Tapalpa, un precioso pueblito enclavado entre las montañas de la Gran Sierra Occidental. Atractivos como el Valle de los Enigmas y sus cabañas en medio del bosque han hecho de este un destino popular entre quienes buscan un refugio de los ritmos de la ciudad y del caos cotidiano. Además, Tapalpa tiene una gran tradición culinaria, y es uno de los mejores pueblos para ir a comer tamales. Si eres de antojos dulces, te encantarán los tamales colados—elaborados con leche condensada, canela y pasas—, pero sin duda los que no te puedes perder son los tamales de acelga, un clásico de esta localidad que se sirve con acelgas frescas y salsa de chile guajillo.
Tzintzuntzán, Michoacán
Si eres fan de los tamales, te recomendamos descubrir las exquisitas corundas de Tzintzuntzán, las cuales se caracterizan por su forma triangular. Este pueblo en Michoacán se encuentra a orillas del lago Pátzcuaro, a solo una hora en coche desde Morelia y tres desde Querétaro. Vale la pena llegar temprano para desayunar y después descubrir el legado purépecha de la zona, empezando por el Centro Ceremonial Las Yácatas, para después dirigirte al convento de Santa Ana para admirar su estilo barroco, cuyo interior conserva grabados y murales prehispánicos. Tampoco te pierdas los mercados artesanales y descubre el colorido y la delicadeza de las piezas que se elaboran ahí.
Pinal de Amoles, Querétaro
A solo dos horas de Querétaro, en medio de los paisajes exuberantes de la Sierra Gorda, Pinal de Amoles se descubre como uno de los mejores Pueblos Mágicos para ir a comer, sobre todo tamales. Aquí encontrarás una enorme variedad de opciones para pasar el día, desde templos y pintorescas calles empedradas hasta cascadas, miradores y rutas de senderismo que serpentean por el bosque. Sea cual sea el caso, te recomendamos llegar temprano para desayunar tamales, tacos de cecina, barbacoa de hoyo y enchiladas serranas.
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