El exterior repercute en el interior y los espacios que habitamos pueden tener un gran impacto en nuestro bienestar —o malestar— emocional. De acuerdo con una publicación del diario Sensors del Instituto Multidisciplinario de Publicaciones Digitales, el ruido, la falta de vegetación y la mala iluminación pueden tener un impacto negativo en nuestra calidad de vida. Pero no te preocupes porque esto no significa que todo esté perdido: estos son algunos consejos para crear una atmósfera tranquila en casa y fomentar el descanso, la concentración y la paz.
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Elige la iluminación adecuada
Primero que nada: la iluminación es clave. Aunque no hay nada como una ventana grande que inunde las habitaciones con luz natural, elegir las lámparas correctas también puede hacer una diferencia grande. Si quieres crear una atmósfera tranquila en casa, comienza por preguntarte qué ambiente quieres lograr. Hay dos grandes tendencias de iluminación por las que puedes optar: serenidad pura o minimalismo moderno.
La primera se inspira en la filosofía oriental y apuesta por luces suaves, cálidas y difusas, privilegiando materiales naturales como la madera, el vidrio esmerilado o hasta el papel de arroz para crear una atmósfera zen. Por otro lado, el minimalismo moderno privilegia las formas geométricas limpias, los materiales metálicos y la luz enfocada y puntual en tonos fríos. Aunque ambas corrientes afirman que menos es más, no tengas miedo a jugar con lámparas de pie, de techo y de escritorio.
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Introduce plantas a tus espacios
Las plantas son un verdadero aliado para crear una atmósfera tranquila y mejorar tu calidad de vida. Además de purificar el aire, regular la humedad y atenuar el ruido, se ha observado que las plantas pueden reducir el estrés y fomentar la creatividad. Sabemos que hay quien batalla más para mantenerlas vivas y contentas —me incluyo—, pero siempre hay que partir de la premisa de que una planta no es un adorno, sino un ser vivo que habita un rincón de la naturaleza, y como tal, requieren ciertos cuidados específicos.
Un tip que a mí me ha funcionado es elegir la que más me gusta, investigar qué necesita —si son de interior o de exterior, si requieren luz directa o indirecta, frío, calor, humedad, riego—, y si puedo pensar en un espacio en casa que le venga bien, me la llevo. Una vez que asimilo su cuidado en mi rutina, estoy lista para traer otra maceta a casa y repetir el proceso hasta que cada habitación esté llena de vida. Si tienes mascotas, evita las plantas que puedan resultarles tóxicas.
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Privilegia los colores cálidos y neutros
De acuerdo con la psicología del color, ciertas tonalidades pueden fomentar determinadas sensaciones —ya sea por motivos biológicos o culturales—. En casa, los colores cálidos y neutros ayudan a crear una atmósfera tranquila, pues se piensa que promueven el descanso y nos ayudan a relajarnos. Además, cuando los neutros son la base de nuestra decoración, es fácil agregar ‘pops’ de color en los detalles más personales, como fotografías, cuadros y textiles que reflejen nuestros gustos y recuerdos.
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Mantén el orden
Quizá el consejo más simple y, a la vez, el más desafiante para crear una atmósfera tranquila en casa, es mantener el orden. Esto no solo nos ayuda a reducir los estímulos por todas partes, sino que además facilitará las tareas cotidianas. Si, como yo, a veces tienes problemas para preservar el orden, puedes probar con una organización intuitiva. Esto consiste básicamente en notar qué objetos suelen estar ‘fuera de lugar’ con mayor frecuencia. Por ejemplo, si sueles perder las llaves, coloca un llavero junto a la puerta, o si nunca encuentras el control de la televisión, puedes tener una caja especial para guardarlo cerca del sillón. Así, no solo siempre sabrás dónde están las cosas, sino también dónde ponerlas.
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