Cuando hablamos de Pueblos Mágicos cerca de la CDMX, casi siempre pensamos en los mismos: Tepoztlán, Tepotzotlán, Teotihuacán, Valle de Bravo, Huasca de Ocampo, Real del Monte o Mineral del Chico. Pero hay uno que suele pasar desapercibido, a pesar de estar a solo una hora y cuarto en coche. Se trata del Pueblo Mágico de Zempoala, en Hidalgo, que desde 2020 ostenta este nombramiento. Sorprende que aún sea poco conocido, sobre todo porque fue la antigua capital del pulque, ya que conserva un valioso legado de haciendas pulqueras, presume arquitectura colonial y además cuenta con el distintivo de ‘Pueblo con Sabor’ gracias a sus delicias culinarias ancestrales. Así que si todavía no lo visitas, quizá ya es momento de considerarlo en tu próxima escapada.


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Qué ver en el Pueblo Mágico de Zempoala
El mayor atractivo de Zempoala es, sin duda, el Acueducto del Padre Tembleque, una obra monumental de ingeniería hidráulica del siglo XVI que se extiende por más de 48 kilómetros. Su Arquería Mayor, mejor conocida como los Arcos de Zempoala, alcanza los 39 metros de altura y llegó a ser el acueducto más alto del mundo en su tiempo. Desde 2015, forma parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad. Otro imperdible es el Ex Convento de Todos los Santos, también del siglo XVI, un convento-fortaleza con altos muros, una torre campanario imponente y restos de pintura mural en su interior. Por supuesto, también está la Plaza Independencia, el corazón del pueblo, donde al centro se alza la Picota, una columna de piedra que marcaba los límites del territorio y servía como sitio de castigo en la época colonial. Y si te queda tiempo, date una vuelta por el Museo Bicentenario Zempoala, que recorre la historia del pueblo, desde la arqueología, hasta las tradiciones de la región.



Qué hacer en Zempoala
Como ya decíamos, el Pueblo Mágico de Zempoala presume un valioso legado de haciendas pulqueras: en su época dorada llegaron a existir más de 20 y hoy todavía se conserva una docena. Algunas de las más representativas son la Hacienda San Antonio Tochatlaco y la Hacienda Casa Grande, verdaderos testimonios del auge pulquero de los siglos XIX y XX. Ambas ofrecen recorridos turísticos y también funcionan como sede para eventos o locaciones de cine y series. Si buscas apreciar la belleza natural de Zempoala, bastará con subir al Cerro del Tecajete, un volcán extinto con un enorme cráter en forma de tazón cubierto de matorrales, o visitar el Parque Nacional Lagunas de Zempoala donde puedes practicar senderismo, disfrutar de un día de campo, y acampar. Y muy cerca del pueblo encontrarás la Zona Arqueológica de Xihuingo, también conocida como Tepeapulco, un sitio que complementa la visita.



Qué comer en este Pueblo Mágico de Hidalgo
En Zempoala también se come de maravilla. No por nada ostenta la denominación de ‘Pueblo con Sabor’, gracias a su cocina tradicional. Aquí la barbacoa es obligada, pero también los ximbotes, –un guiso relleno de carne y verduras–, los escamoles, –conocidos como el ‘caviar mexicano’–, los chinicuiles que son gusanos rojos de maguey, y el pan burra, un pan dulce de piloncillo relleno de queso. Y por supuesto, la bebida estelar es el pulque, ya sea natural o en variedad de sabores. Si vas en domingo, date una vuelta por el Tianguis Dominical en la calle Morelos. Ahí encontrarás desde flores, hierbas medicinales y quelites, hasta flor de calabaza, flor de maguey, molcajetes, utensilios de madera y cerámica, todo elaborado por artesanos locales. Como ves, Zempoala tiene mucho que ofrecer y lo mejor es que queda tan cerca de la CDMX.



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