La prefectura de Hiroshima es una de las paradas más frecuentes en los itinerarios a Japón. Compuesta de varias islas, no faltan los lugares Patrimonio de la Humanidad como la Isla de Miyajima o el Memorial de la Paz de Hiroshima. Sin embargo, hay otro destino precioso que mucha gente pasa por alto cuando visita Japón: Setoda, conocida popularmente como ‘la isla de los limones’.


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Cómo llegar a Setoda
A pesar de que se encuentra en una isla, no es difícil llegar al pueblo de Setoda. Primero debes dirigirte al puerto de Onomichi, desde donde puedes tomar un ferry hacia el puerto de Setoda en la isla Ikuchijima. Vale la pena mencionar que se Setoda también es un destino popular para los amantes del ciclismo, pues se ubica a la mitad de la ruta de Shimanami Kaido, la cual conecta la ciudad de Onomichi con la ciudad de Imabari a través de la primera vía ciclista en Japón que cruzó el mar en línea recta. El trayecto en ferry dura aproximadamente 40 minutos, y algunos barcos incluso permiten viajar con tu bicicleta.

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Los limones de Setoda
En la década de 1950, la prefectura de Hiroshima se convirtió en el principal productor de limones en Japón. El pueblo de Setoda destacó por la enorme cantidad de cultivos que se sembraron y que continúan siendo productivos hasta hoy. Tan es así, que se ganó el sobrenombre de ‘la isla de los limones’, y si lo visitas en el otoño y el invierno, llegarás a tiempo para disfrutar de la temporada de cosechas.

Pero no se trata solo de los cultivos. Japón es un paraíso gastronómico incuestionable, y Setoda brilla por su oferta de platos com limón. Ramen de limón, cerveza de limón, jugo de limón, pastel de limón: la oferta es tan variada como fresca y deliciosa. Te recomendamos pasear por la calle de Shiomachi, donde se ubican alrededor de 50 tiendas y puestos de comida que se extienden a lo largo de aproximadamente 600 metros.

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Tampoco puede faltar en el itinerario una visita a Shimagokoro SETODA, una pastelería donde el limón es el ingrediente principal. Desde pasteles recién horneados hasta dulces de cáscara de limón cristalizada, prácticamente todo aquí gira alrededor de los cítricos. De hecho, su fundador Ryuzo Okumoto —nacido en Setoda— ha sido de los mayores promotores del destino y sus productos. Ya sea que te quedes a disfrutar de un postre o que vengas a comprar souvenirs, encontrarás una variedad de opciones que ni te imaginabas.

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Una pagoda en la montaña
Además de los limones, Setoda también tiene un legado espiritual importante. El Templo Kojoji se encuentra en la ladera del Monte Choonzan y está catalogado como Tesoro Nacional de Japón. Se trata de una pagoda de tres pisos, con vistas hacia el mar interior de Seto. Se construyó en el siglo XIII, y todavía hoy se ofrecen sesiones de meditación ‘zazen’ para los visitantes.

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