Al sur de la Ciudad de México se esconde uno de los bosques mejor guardados de la capital, se trata del Parque Nacional Fuentes Brotantes de Tlalpan, una reserva natural ideal para quienes buscan despejarse del bullicio citadino. Aunque su entrada es discreta, parecida a una simple calle del barrio, al seguir avanzando encontrarás un encantador bosque con árboles centenarios, aire fresco y una preciosa laguna natural. Este bosquecito es el destino perfecto para una escapada con la familia o con la pareja, una desconexión por completo del ritmo frenético de la ciudad.
Desde hace 80 años, en 1936, este bosque fue declarado parque nacional bautizándose como Fuentes Brotantes. Su nombre se debe a que esta reserva conserva los manantiales que fluyen desde las laderas del Ajusco-Chichinauhtzin hasta llegar al lago cristalino que se encuentra en el centro del parque, uno de los cuatro manantiales que sobreviven actualmente. Aunque el decreto original abarcaba 159 hectáreas, muchas zonas eran parte del rancho Tochihuitl, que hoy ya son zonas habitadas. En la actualidad, el parque tiene solo ocho hectáreas pero son las suficientes para considerarse un lugar de gran importancia biológica. Su superficie garantiza la conservación y protección de los servicios ambientales; la infiltración de agua, el control de la erosión y la conservación de las especies de flora y fauna nativas de esta reserva ecológica.
El principal atractivo de Fuentes Brotantes es su lago cristalino, hogar de patos, peces y tortugas. Cerca de la entrada, junto al estacionamiento, se encuentra la Plaza Cívica Morelos, que cuenta con un pequeño escenario donde se realizan eventos culturales. Más allá del lago, encontrarás senderos naturales y caminos bien señalizados que te invitan a adentrarse en el bosque. El parque ofrece un área infantil con resbaladillas y columpios para los más pequeños, así como una zona de barras para hacer ejercicio. Un poco más adentro está el ‘Mercado de Comidas’, con muchas fonditas donde sirven deliciosas garnachas y platillos mexicanos. Las mesas están rodeadas de árboles y naturaleza, donde lo único que se escucha es el canto de los pajaritos. Además, el lugar es pet friendly para que lleves a tu perrito a disfrutar del paseo contigo.
Fuentes Brotantes es considerado un bosque de cedro y eucalipto aunque también se aprecian encinos, pinos y ahuehuetes. Su fauna incluye una variedad de anfibios y reptiles, como salamandras, lagartijas y víboras, además de aves como el zafiro oreja blanca, pájaros carpinteros, picogordo tigrillo, colibrí, tordos y gorriones. Algo que también hace especial a este bosque son sus leyendas, pues se dice que aquí se ha visto más de una vez a ‘la llorona de las Fuentes Brotantes’, una mujer vestida de blanco con melena negra que según las historias, está abrumada por un gran dolor. Muchos afirman haber oído sus lamentos, e incluso se dice que sus gritos y aullidos resuenan entre los árboles a cualquier hora del día. La leyenda añade un toque místico a este encantador lugar, que bien merece una visita para creerla o desmentirla. Puedes llegar en coche o, si prefieres el transporte público, la estación más cercana es Fuentes Brotantes de la línea 1 del Metrobús. El parque está abierto todos los días de 6:00 a 18:00.