Ubicada en un pequeño municipio de los Altos de Jalisco, Casa San Ignacio es un armonioso proyecto a cargo del estudio de diseño y arquitectura Amarillo Amate Arquitectura, quienes para su edificación situaron esta morada, donde se encontraban los restos de una antigua finca de adobe tradicional de la región. La idea de esta acogedora y encantadora construcción surge de la idea de crear una vivienda que respetara y enalteciera las antiguas casonas de la zona, que se caracterizaban por sus volúmenes claros y sólidos, sus cerradas hacia el exterior y sus enormes zaguanes con carácter propio.
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La Casa San Ignacio es una construcción verdaderamente única. Aquí sobresalen por sí solos sus elementos tonales, desde ese azul celeste impregnado en puertas, ventanales, paredes y barandales, hasta la belleza de sus elementos naturales como la madera y el cemento que, en contraste crean de esta morada, un sinónimo de delicadeza clásica. Cada área de esta propuesta está diseñada de manera en que todos sus elementos juegan un papel primordial en cada rincón, dándole protagonismo a la filtración de luz natural y a la vegetación que rodea este espacio.
En cuanto a su fachada, la Casa San Ignacio se destaca por ser una construcción que evoca a la simpleza, la naturalidad y el minimalismo en estado puro. En su exterior, sus zaguanes son una parte dominante de su estructura, al igual que sus dos ventanales que se incorporan entre sus paredes blancas y el volumen azul celeste–su atractivo principal–. En cuanto a su interior, el espacio central de la vivienda es su jardín que gira en torno a un gran ciruelo, acompañado por una fuente que alimenta una pileta de manera continua a través de un canal, lo que genera un sonido relajante del agua fluyendo a través de cada rincón de la casa.
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El proyecto arquitectónico de esta casona se desarrolla en dos núcleos; al frente se encuentran los espacios principales y de uso cotidiano para la familia, al fondo, atravesando la serenidad de su jardín, se localiza un gran salón con una chimenea que funciona como un espacio de convivencia. En cuanto a su azotea, otro de los espacios con más encanto y de vibra relajante, la convierten en la zona ideal para tener charlas íntimas y momentos especiales al aire libre.
Para el estudio de arquitectura y diseño, Amarillo Amate Arquitectura, la creación de Casa San Ignacio fue un proyecto único y de carácter propio, donde los materiales utilizados como el ladrillo, la teja y el piso de barro son originarios de la región. Por tal motivo es una vivienda que coexiste de manera armónica con su entorno, con su naturalidad y simpleza. Este hecho la ha convertido en uno de los proyectos más importantes y con encanto en los Altos de Jalisco.