Hablar de Casa Gea es reconocer el majestuoso proyecto que Studio AM11, hizo con esta propiedad que, a simple vista, parece estar suspendida en el aire. Esta construcción se ubica en el Cerro de la Silla, en Monterrey, Nuevo León, en un espacio donde el bullicio y el ajetreo de la ciudad no tienen cabida. Adicionalmente, este especie de ‘santuario’ irradia paz y armonía con el entorno que lo rodea, creando exitosamente un sitio que invita a la desconexión de la rutina, para disfrutar disfrutar de la naturaleza en donde se encuentra.
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Casa Gea se sitúa en una superficie de 900 metros cuadrados y cuenta con una construcción de 430 metros cuadrados, lo cual permite habitar dentro de un espacio que se converge perfectamente con el entorno natural. Arquitectónicamente llama la atención su molino de concreto sólido con voladizos que parecen estar suspendido en el aire, además de sus espacios abiertos y lineales con aberturas de piso a techo, que se enmarcan sutilmente con las vistas del paisaje al Cerro de la Silla y permiten que la luz natural sea el elemento principal en el interior de la casa.
En cuanto a los materiales para su diseño, Casa Gea se destaca por utilizar elementos naturales como el concreto sólido, madera y piedra natural, que se integran a lo largo de la residencia para crear un efecto natural en el interior. Para complementar la propuesta se integró una paleta de colores neutros y tonos grisáceos, esto con el fin de mantener la estética de lo inherente y, a su vez, reflejar la elegancia y la personalidad de la construcción a través de un diseño simple, pero funcional.
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Otro de los aspectos que destacan dentro de esta casa son el uso de los espacios. Aquí la intersección de muros está minimizada, esto con el fin de usar elementos visuales que ayuden a delimitar el área de la construcción. Cabe mencionar que el objetivo del proyecto fue que todos los rincones de Casa Gea tuvieran una conexión directa con el exterior y que se pudiera integrar con el jardín. Una de las ventajas de este tipo de arquitectura es que se aprovecha al máximo la luz natural y la ventilación, además de que es posible admirar las vistas más bonitas de todo Monterrey.
Finalmente, el resultado fue crear una vivienda que no solo tuviera una arquitectura y diseño de ensueño, sino que además visto desde las alturas se percibiera como una ‘casa flotante’. De igual manera, que fuera una casa en donde el inquilino pueda tener una conexión de armonía con el entorno que lo rodea y, por supuesto, consigo mismo y, hacer de este, su hogar un espacio de tranquilidad en el que pueda desconectarse de la rutina diaria.