Chiapas alberga algunos de los destinos más especiales de todo México, desde preciosos Pueblos Mágicos característicos por su encanto tradicional hasta imponentes paisajes naturales que no dejan de sorprender por su magnificencia. Existe un sitio en específico que todo amante de las maravillas naturales debe conocer, una hermosa cascada envuelta en la Selva Lacandona cuya visita requiere cruzar un puente colgante entre dos ríos. ¡Te contamos todos los detalles!
Enclavada en la Selva Lacandona a las afueras del Pueblo Mágico Ocozocoautla de Espinosa, la Cascada Poyoj Manok es una de las maravillas naturales más subestimadas de Chiapas. A pesar de su belleza y majestuosidad, este sitio se mantiene alejado del turismo comercial, consolidándose como parada imperdible para aquellos viajeros amantes de la aventura y las experiencias de conexión con el medio ambiente.
Su nombre significa ‘cruce de dos ríos’, refiriendo a los ríos y lagunas que se encuentran a sus alrededores. Este santuario natural no solo destaca por su caída de agua, sino también por su entorno natural. Para llegar a ella es necesario realizar una caminata a través e la selva, hogar de una increíble variedad de flora y fauna que permite sumergirse completamente en un paisaje de exuberante vegetación tropical.
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Cabe destacar que Poyoj Manok es el nombre del Centro Ecoturístico en el que se encuentra la cascada, adecuado para su visita pública y ofreciendo una serie de actividades de conexión con la naturaleza, perfectas para aprovechar la belleza orgánica de Chiapas. Uno de sus escenarios más emblemáticos es un gran puente colgante y suspendido sobre sus ríos, que además labora como mirador panorámico hacia la cascada gracias a las vistas espectaculares que ofrece.
Sin duda alguna, descubrir esta cascada en Chiapas será disfrutar una experiencia sin igual. Vale la pena aprovechar la visita para conocer el Pueblo Mágico Ocozocoautla de Espinosa, conocido por su increíble atractivo biodiverso y por rodearse de múltiples maravillas naturales —como el cañón río La Venta, la Cascada El Aguacero y la Sima de las Cotorras—, así como por contar con un carácter histórico que puede apreciarse en cada uno de sus rincones.