El Estado de México no solo cuenta con una cantidad sorprendente de Pueblos Mágicos, sino también una serie de atractivos turísticos poco conocidos, que sin duda alguna muestran una faceta bastante peculiar del patrimonio cultural de México. Uno de estos sitios asemeja aquellos asentamientos arqueológicos en forma de cono que se pueden encontrar en el resto el mundo –los más populares están en Sudán–, pero en realidad es un precioso Centro Ceremonial Otomí rodeado de la belleza natural del estado. Sigue leyendo para descubrir más.
Aproximadamente a una hora y media de la CDMX se encuentra el Centro Ceremonial Otomí, ubicado en el municipio de Temoaya y oculto entre los bosques y las montañas del Estado de México, y ofreciendo a sus visitantes un espacio de increíble carácter cultural. Si bien se inauguró en 1980, es un sitio de interés sumamente importante para las tradiciones del pueblo otomí, creado con el propósito de mantener vivo el patrimonio ancestral de esta cultura prehispánica.
El lugar tiene una infraestructura impresionante, conformado por una serie de plazas y murales que hacen referencia a la cultura otomí, al igual que diversos conos de piedra que asemejan algunos de los asentamientos arqueológicos más impresionantes alrededor del mundo –como las famosas Pirámides de Nubia en Sudán–. Todo el espacio en el Centro Ceremonial Otomí está cargado de elementos simbólicos, desde sus 52 columnas que representan serpientes –y simbolizan la fuerza de los otomís–, hasta un enorme mural elaborado con piedras naturales en el que se representa una imagen prehispánica.
Cabe destacar que este centro ceremonial en el Estado de México también tiene una función ambiental, ya que sirve como un muro de contención contra la contaminación ambiental. Entre sus instalaciones se encuentran diversos albergues para aquellos que quieran pasar la noche en su territorio, con habitaciones individuales, áreas de masajes, cabañas e inclusive tinas de jacuzzi. Será ideal para unas vacaciones express cerca de la CDMX.
Lo mejor de todo es que su espacio también permite la práctica de actividades complementarias, lo que sin duda alguna llevará cualquier visita al siguiente nivel. Se pueden realizar recorridos de senderismo en sus alrededores, picnics, ciclismo de montaña, campismo y fotografía de paisaje; también hay un pequeño mercado de artesanías y un Museo de la Cultura Otomí donde aprender cada detalle sobre el centro cultural. Sin duda alguna, su visita será una forma de descubrir atractivos poco conocidos en el Estado de México.