La cocina mexicana es un deleite cuyas raíces están tan bien cimentadas que permiten cientos de ramificaciones flexibles, cuyas técnicas e ingredientes son tierra fértil para explorar y sembrar nuevas propuestas. Cuando se trata de pasión por la gastronomía de nuestro país, pocos corazones arden con el fervor con el que lo hace el de la chef tabasqueña Gaby Ruiz. Seguramente ya conoces su restaurante insignia Carmela y Sal, o bien su más reciente apertura Carmela Demorada. Si es así, ya sabrás que su cocina es un apapacho, pero definitivamente no estás preparadx para el deleite que es Cielito Querido Legado, una cafetería al sur de la CDMX perfecta para consentirte con la comida de una de las chefs más reconocidas de México en un ambiente relajado y sin gastar de más.
Lo primero que habrá que decir sobre Cielito Querido Legado es que aquí la chef nos muestra una vez más su espíritu juguetón, pero desde una aproximación muy distinta a la de sus otros restaurantes. Lejos de las formalidades, este lugar apuesta por un concepto de cafetería, pero con un menú que demuestra que no se necesitan ingredientes exóticos ni normas rígidas para lograr una propuesta culinaria extraordinaria. Uno de los pilares centrales de esta cocina es la creatividad, la cual se conjuga con un profundo entendimiento y respeto de la cocina tradicional para presentar platillos innovadores y familiares a la vez.
Vale la pena detenernos un momento para hablar del fantástico trabajo de interiorismo en esta cafetería al sur de la ciudad. Y es que ya desde el diseño uno sabe que aquí el concepto sí busca ser relajado y amigable, pero que no se trata solo de tener unos cuantos sándwiches y ensaladas para sacarnos de apuros —aunque el sándwich de milanesa de cerdo con frijoles refritos y la ensalada verde de brócoli con quesillo y aderezo de pepita de calabaza no son para nada desdeñables—. Aquí el lugar invita a sentarse y tomarse su tiempo, un espacio rodeado de plantas, con lámparas y estructuras de madera que dan la impresión de encontrarse en un bosque. O si lo prefieres, puedes sentarte en la terraza, que además de todo, es pet friendly.
El menú de Cielito Querido Legado puede dividirse básicamente en tres partes: una sección de desayunos, otra de comidas, y una más de platos que se sirven todo el día (esta es la más extensa). Nos resulta francamente imposible decirte por dónde empezar: probamos un poco de todo y la conclusión es que no hay forma de salir decepcionadx. Para quienes aman los desayunos dulces y no tienen miedo de probar clásicos reinventados, los Hot Cakes de Yuca con compota de guayaba serán una excelente opción, mientras que la Torta Ahogada de Brisket se ha convertido en una insignia de la chef (y además se puede pedir en dos tamaños distintos dependiendo de cuánta hambre tengas).
Ahora bien, tenemos más de un imperdible que necesitamos asegurarnos de que pruebes en tu próxima visita. Para empezar, el café de especialidad es un básico del que no podríamos esperar menos que notas balanceadas y un ligero sabor cítrico, aunque para esta temporada de calor, el chai helado puede ser la bebida ideal para iniciar la mañana. Por su parte, los chilaquiles con salsa verde tatemada, chicharrón norteño y frijoles colados son una locura que explota todo el potencial sensorial de este clásico mexicano, desde la acidez de la salsa hasta la crocancia del chicharrón que se deshace en la boca. Finalmente, el postre no se perdona y menos si se trata del tamal de taro con tapioca de jerez, crema montada, moras azules y flores comestibles (que es, en nuestra opinión, la esencia de esta cafetería en el sur de la CDMX en un solo plato).
¡Coman, disfruten y compartan!