Nuestro corte de pelo puede jugar un papel fundamental en nuestra imagen. Por un lado, es importante tomar en cuenta el tiempo y el cuidado que queremos dedicarle al mantenimiento de nuestro peinado, pero por otro, ayuda muchísimo saber qué cortes favorecen nuestro rostro ya de entrada. La regla fundamental es buscar cortes que balanceen las facciones y creen un poco de contraste, por ejemplo: los rostros redondos y cuadrados se llevan mejor con los cortes que dirigen la atención a lo largo de la cara, en lugar de a lo ancho. Si no sabes qué pedirle a tu estilista, aquí te dejamos una pequeña guía para escoger el corte de pelo que mejor le vaya a tu tipo de cara.
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Caras redondas
Para crear la ilusión de un rostro más alargado, los expertos recomiendan optar por cortes que añadan volumen en la parte alta de la cabeza, como flequillos cortina y pixie cuts que jueguen con las capas (y ojo: puedes incluso combinar ambos). Si prefieres dejarte el pelo más largo, intenta seguir este juego con las capas, pero esta vez añadiendo volumen en la altura del mentón, como con un shag. El punto es dirigir la atención hacia arriba o bien hacia abajo, precisamente para dar el efecto de elongación.
Caras ovaladas
Las personas con rostros ovalados pueden lucir prácticamente cualquier corte, pero entre los favoritos destacan los cortes plagados de capas, o bien ‘bobs’ que jueguen con el volumen alrededor de la mandíbula. Otra buena elección son los flequillos rectos y tupidos (cosa curiosa, pues suelen ser una decisión riesgosa para otros tipos de cara), pues visualmente redondean las facciones.
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Caras en forma de corazón
De acuerdo con el estilista Edward Tricomi, una de las opciones más seguras —y sencillas— para los rostros en forma de corazón es la raya en medio. Sin embargo, también se recomienda optar por cortes que dejen el pelo un poco más largo, como shags que traigan la atención hacia la mandíbula para elongar y balancear las facciones. Otra forma de lograr este efecto tiene más que ver con el peinado que con el corte, y es precisamente añadir volumen a partir de ondas y rizos.
Caras cuadradas
Una forma sencilla de balancear un poco las facciones más duras (que, para este tipo de cara, son la frente amplia y la mandíbula ultra definida) de los rostros cuadrados es a través de un ‘corte diamante’, más largo atrás que al frente, que enmarque la cara y suavice el rostro. El largo también puede ser decisivo: si mantienes las tijeras debajo de la barbilla, o incluso te permites jugar con capas alrededor del cuello y los hombros, la ilusión de alargamiento puede ser muy favorable.