Seguro has visto en alguna película esa escena clásica donde un personaje camina en el desierto bajo el sol ardiente y empieza a alucinar un oasis con palmeras y aguas cristalinas. Creíamos que era imposible pero resulta que en Baja California ese lugar sí existe. Se trata del Oasis Santa María, también conocido como Poza La Escuadra, un paraíso en medio del Desierto de Cataviña. Ahí donde el paisaje es seco lleno de cactus y formaciones rocosas, donde las temperaturas pueden alcanzar hasta los 40 grados se encuentra este paraíso con aguas turquesas y refrescantes donde sí puedes se puede nadar, descansar y hasta acampar en medio del silencio y la tranquilidad, tal cual, un espejismo hecho realidad.


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Cómo llegar al Oasis Santa María en el Desierto de Cataviña
El Desierto de Cataviña se encuentra justo en medio del ‘brazo’ de Baja California. A pesar de su clima extremo, es un lugar de paisajes espectaculares, con enormes formaciones de granito, cactus monumentales y una sorprendente biodiversidad: más de 200 especies de plantas endémicas. En medio de este escenario árido está el pequeño poblado de Cataviña, con servicios limitados, pero muy popular para quienes buscan desconectarse y vivir la belleza cruda del desierto. Como ya decíamos, uno de sus secretos mejor guardados es el Oasis Santa María, una poza de agua turquesa escondida entre las rocas. Para llegar es necesario ir con un guía certificado y antes hay que registrarse en el Rancho Santa Inés, donde hay una estación de policía e informarles cuándo vas a regresar en caso de cualquier eventualidad. El camino es de terracería, así que se recomienda llevar camioneta 4×4. Y una vez ahí, la experiencia es única: después de soportar casi 40 grados, sumergirte en el agua fresca es un verdadero placer. También puedes acampar, ver las estrellas y disfrutar del silencio absoluto del desierto.



Además del oasis, otros tesoros del Desierto de Cataviña
Pero este oasis en medio del desierto es solo uno de los muchos tesoros que resguarda el Desierto de Cataviña. Otro imperdible es el Valle de los Cirios, una enorme área natural protegida donde el paisaje parece de otro planeta. Aquí crecen los árboles cirios, una especie endémica de Baja California con forma retorcida y apariencia casi alienígena. Todo esto enmarcado por enormes rocas de granito, algunas del tamaño de autos o casas, esculpidas por el viento y el paso del tiempo. También hay arte milenario: pinturas rupestres escondidas en cuevas y refugios rocosos que se cree fueron creadas por los indígenas kumiai hace más de seis mil años. A pesar de estar a la intemperie, estas obras prehispánicas aún se conservan intactas, hechas con pigmentos naturales como caliza y óxidos que les dan tonos rojos, amarillos y naranjas.


Explora, acampa y desconéctate en el corazón de Baja California
Además de visitar sus oasis y sitios arqueológicos, el Desierto de Cataviña es ideal para vivir la aventura a tu ritmo. Hay varios caminos perfectos para hacer senderismo o ciclismo de montaña con paisajes espectaculares en cada paso. También es un gran lugar para acampar al estilo ‘salvaje’, ya sea en las áreas de descanso de la carretera o en el Rancho Santa Inés, que ofrece campamentos secos. Sus cielos son increíblemente claros, perfectos para disfrutar el atardecer, ver las estrellas y tomar fotografías. O si prefieres dormir con más comodidades, hay algunas opciones de hospedaje como el Hotel Misión Santa María Cataviña, justo en el corazón del Valle de los Cirios, con ambiente relajado y enfoque ecoturístico.


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