Mucho se habla sobre cómo los españoles descubrieron en América un continente que parecía emanar ríos de oro y plata que detonaron en sus ojos la chispa de la avaricia. Si bien es cierto que durante el periodo novohispano, fueron precisamente estos metales preciosos los que trajeron esplendor a los distintos pueblos mineros alrededor del país, poco sabían los europeos de entonces que para las culturas originarias de Mesoamérica el bien más preciado no era ninguno de estos materiales, sino el jade. Símbolo de inmortalidad, poder y amor, esta piedra preciosa constituyó uno de los más grandes tesoros para las culturas prehispánicas, y aunque no tiene un espléndido pasado minero como otros estados de la República, Chiapas es uno de los pocos lugares en el mundo donde hay jade.
En realidad, hay pocos lugares en el mundo donde hay jade en la naturaleza. Existen distintas variantes de esta piedra preciosa, y podemos encontrar minas en algunos lugares de China, Japón, Corea del Sur y Taiwán, así como en regiones muy puntuales de Norteamérica y Oceanía. En el caso de la Jadeita se puede encontrar sobre todo en Guatemala y en México, específicamente los estados de Guerrero, Oaxaca y, por supuesto, Chiapas.
Qué ver y hacer en Chiapas, uno de los únicos lugares con jade en el mundo
Chiapas es un destino impresionante que hay que visitar al menos una vez, pues su riqueza natural se conjuga con una increíble historia, un legado cultural vastísimo, tradiciones arraigadas que siguen más vigentes que nunca y sitios arqueológicos que aún conservan un misticismo latente. Así pues, estas son algunas de las razones por las que Chiapas es un destino imprescindible para cualquier viajero que busque una experiencia del todo enriquecedora.
Para los amantes del ecoturismo, el Cañón del Sumidero podría ser el santo grial que te maravillará con sus muros de más de 250 metros de altura y sus casi 13 kilómetros de longitud. A solo 30 minutos de Tuxtla Gutiérrez hay un mirador que ofrece las panorámicas más sorprendentes, pero también es posible hacer un recorrido en barco por el río Grijalva que corre al fondo del cañón. Por otro lado, la selva Lacandona recibe de brazos abiertos a los espíritus aventureros que deseen explorar las cascadas y las grutas que se abren paso en medio de este denso bosque tropical.
Por su parte, Chiapas cuenta con seis Pueblos Mágicos que definitivamente ameritan una visita por sus diferentes atractivos. Por ejemplo, la marcada tradición colonial y la fuerte presencia étnica en San Cristóbal de las Casas, el estilo mudéjar y barroco de los edificios de Chiapa de Corzo (que también es el pueblo más cercano al Cañón del Sumidero), el encanto pintoresco y la presencia de la cultura maya en Comitán de Domínguez (la tierra de Rosario Castellanos), el esplendor de los sitios arqueológicos de Palenque, los callejones que amanecen cubiertos de neblina en Copainalá y los bellísimos paisajes naturales de Ocozocoautla de Espinosa.
Finalmente, si visitas San Cristóbal de las Casas, no puedes dejar de visitar el Museo Mesoamericano del Jade. Aquí encontrarás todo tipo de objetos tallados en esta piedra que fueron venerados por las culturas mexica, mixteca, mocaya, olmeca, zapoteca, maya, teotihuacana y tolteca. A lo largo del recorrido, se demuestra la conexión espiritual que se pensaba que existía entre el jade y los dioses. Quizá la pieza culminante del museo sea la réplica del mausoleo de Kinich Janab Pakal, el décimo primer gobernante maya de la antigua ciudad que hoy se conoce como Palenque. En esta tumba —la cual data del año 683—, los arqueólogos encontraron al monarca sepultado junto con todas sus joyas de jade e indumentaria de la época.
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