La Ciudad de México tiene una historia larga que se remonta a la época en la que se asentaron aquí las primeras comunidades indígenas, quienes comenzaron a cambiar el paisaje del Valle de México para poco a poco transformarlo en la urbe que conocemos hoy: una ciudad gigantesca que vio florecer montones culturas, la llegada de los españoles, el paso del Virreinato, la Independencia, el Porfiriato, la Revolución, la era del muralismo y el modernismo mexicano, hasta finalmente llegar a los colosales edificios que se alzan imponentes en las avenidas principales del México contemporáneo. Los recorridos a pie para admirar la arquitectura que se ha desarrollado en la ciudad son una delicia, y aquí te dejamos diez de los edificios más bonitos de la CDMX para que los conozcas todos.
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CASA DE LOS AZULEJOS
También conocido como el Palacio de los Condes del Valle de Orizaba, esta emblemática casona virreinal sobre Avenida Madero es sin duda uno de los edificios más bonitos de la CDMX, con su espléndida fachada recubierta en azulejos de talavera poblana, balcones de herrería y cornisas de cantera labrada en las puertas y ventanas. La historia de este edificio se remonta al siglo XVI, y en un primer momento, de hecho se trataba de dos predios vecinos pero independientes uno del otro. Sin embargo, no fue sino hasta 1737 que la Quinta Condesa del Valle de Orizaba le encargó al maestro Diego Durán Berruecos que recubriera la fachada con azulejos e hiciera el magistral trabajo de cantera labrada que caracterizan al edificio hasta el día de hoy.
DIRECCIÓN: Av Francisco I. Madero 4, Centro Histórico
ANTIGUO PALACIO DEL AYUNTAMIENTO
Este espléndido edificio administrativo ubicado en el Zócalo Capitalino es considerado Patrimonio de la Humanidad, y no solo es uno de los edificios más bonitos de la CDMX, sino que también fue una de las primeras construcciones que se alzaron en la ciudad tras la conquista española. Los trabajos de construcción comenzaron en 1522 por órdenes de Hernán Cortés, y tardaron casi diez años en concluirse. Como la mayoría de los edificios de esta época, para su construcción se utilizaron las piedras de los templos mexicas. Sin embargo, el Palacio del Ayuntamiento no siempre lució como hoy, pues en el siglo XVIII fue reconstruido con el gusto de la época, para pasar de la austeridad de sus muros anchos y ventanas pequeñas al estilo barroco peninsular en los arcos y los adornos de la fachada y, posteriormente, agregar detalles neoclásicos.
DIRECCIÓN: Plaza de la Constitución 2, Centro Histórico
TEMPLO MAYOR
Si bien solo quedan las ruinas de lo que fuera el templo más importante de México Tenochtitlan, el Templo Mayor conserva una belleza insólita que adivina el esplendor de las construcciones del Imperio Mexica. Se trata de una pirámide doble —la cual fue construida en siete capas construidas entre finales del siglo XIV y principios del XVI, como una suerte de matryoshka— dedicada a Tláloc (deidad de la lluvia) y Huitzilopochtli (dios de la guerra). En este complejo todavía se pueden ver los vestigios de un altar tzompantli y la Casa de las Águilas. Aunque el sitio arqueológico se puede admirar desde fuera —e incluso desde la terraza del restaurante El Mayor—, también se puede recorrer por dentro y conocer el museo, donde se encuentra el enorme monolito de la diosa de la luna, la Coyolxauhqui.
DIRECCIÓN: Seminario 8, Centro Histórico
PALACIO DE BELLAS ARTES
Si la Ciudad de México tuviera que elegir su edificio más emblemático, muy probablemente sería el Palacio de Bellas Artes. Además de ser uno de los edificios más bonitos de la CDMX, también es una construcción que narra la historia moderna de México, pues la obra comenzó a finales del siglo XIX, cuando el arquitecto favorito del porfiriato, Adamo Boari, fue comisionado con la misión de diseñar el nuevo Teatro Nacional, y se terminó hasta la década de 1930, pues por más de 15 años la obra se vio pausada por la Revolución Mexicana. Así pues, la fachada diseñada por Boari (y muy distinta al interior) está revestida en mármol mexicano y muestra elementos del Art Nouveau y el Neoclásico típicos de las ideas porfirianas. Además, presenta una espectacular ornamentación que consta de mascarones, pilastras y capiteles con motivos orgánicos así como prehispánicos —como el caballero águila, el caballero tigre y la serpiente—, así como la escultura ‘La Sinfonía’ y Las figuras del drama, el drama lírico, la tragedia y la comedia alrededor del escudo de México coronando la gran cúpula.
DIRECCIÓN: Av. Juárez S/N, Centro Histórico
TORRE LATINOAMERICANA
Durante mucho tiempo, la Torre Latino marcó el punto más alto del skyline de la ciudad, con sus 44 pisos y 181 metros de altura. Esta proeza de la ingeniería fue diseñada por el arquitecto mexicano Augusto H. Álvarez, y hoy en día está catalogada como monumento artístico por el INBA y es sin duda uno de los edificios más bonitos de la CDMX, con su característico estilo moderno inspirado en los rascacielos de Estados Unidos. Su fachada de cristal se alza imponente creando un asombroso contraste con el Palacio de Bellas Artes, el cual se ubica en contraesquina con este, con un reloj digital que dicta la hora para todo el Centro Histórico y un mirador desde el cual se pueden admirar las panorámicas más apabullantes de la ciudad.
DIRECCIÓN: Eje Central Lázaro Cárdenas 2, Centro Histórico
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BIBLIOTECA CENTRAL DE LA UNAM
El campus de Ciudad Universitaria de la UNAM está repleto de rincones dignos de postal, pero pocos son tan icónicos como la Biblioteca Central, definitivamente uno de los edificios más bonitos de la CDMX. Este tesoro de la arquitectura funcionalista se construyó en la década de 1950, bajo la dirección de los arquitectos mexicanos Juan O’Gorman, Gustavo María Saavedra y Juan Martínez de Velasco. Con la intención de decorar los muros ciegos del edificio —pues habrá que recordar que, al tratarse de una biblioteca, es fundamental proteger el archivo del deterioro causado por la luz solar, O’Gorman diseñó cuatro murales de mosaicos de piedras de colores que narran la historia de México desde la época prehispánica, pasando por el periodo colonial, hasta llegar a la época contemporánea, en la que la Universidad funge un papel preponderante.
DIRECCIÓN: Escolar S/N, C.U., Coyoacán
POLYFORUM SIQUEIROS
Este espectacular espacio cultural se construyó para albergar el mural más grande del mundo: La marcha de la humanidad, del gran muralista mexicano David Alfaro Siqueiros. La fachada es una obra de arte en sí misma, digna de nombrarse entre los edificios más bonitos de la CDMX, pues consta de 12 paneles realizadas con novedosas técnicas y materiales como la escultopintura, el uso de acrílicos y piroxilinas y esculturas de hierro cuyo propósito no se limita a conservar estas obras a la intemperie, sino a experimentar con los límites entre el arte y la arquitectura.
DIRECCIÓN: Av. Insurgentes Sur 701, Nápoles
CASA ESTUDIO DIEGO RIVERA Y FRIDA KAHLO
Diego Rivera y Frida Kahlo son probablemente la pareja de artistas más famosa del siglo XX en México, y la casa en la que vivieron durante algunos de sus años casados es la materialización de toda la modernidad con la que se rigió su relación. La actual sede del Museo Casa Estudio fue declarada Monumento Artístico en 1998, y fue una de las primeras construcciones funcionalistas en Latinoamérica. Su construcción data de inicios de los años 30 del siglo pasado, cuando Diego Rivera comisionó al joven arquitecto y amigo Juan O’Gorman para construir una casa para él y otra para Frida en San Ángel. Para esto, O’Gorman proyectó dos bloques de hormigón liso —uno rojo para diego, y otro azul para Frida—, dos casas independientes una de la otra y unidas por un delgado puente en la parte superior.
DIRECCIÓN: Diego Rivera s/n, San Ángel Inn
AUDITORIO NACIONAL
La historia de este monumental edificio es tan fascinante como su arquitectura, pues lo que hoy es uno de los recintos de espectáculos más famosos de la Ciudad comenzó su historia hace menos de cien años, cuando el presidente Miguel Alemán decidió promover la práctica de la equitación en México a partir de la construcción de un recinto ecuestre aledaño al Campo Marte. Sin embargo, con la siguiente administración se cambió el uso del lugar, convirtiéndose en el popular Auditorio Nacional. Pero no fue sino hasta 1991 que el edificio se remodeló bajo la dirección de los arquitectos Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky, quienes le dieron el aspecto brutalista tan característico que hoy merece un lugar en la lista de edificios más bonitos de la CDMX.
DIRECCIÓN: Av. Paseo de la Reforma 50, Polanco V Sección
MUSEO JUMEX
Diseñado por el arquitecto británico David Chipperfield —su primera obra en América Latina—, este edificio está proyectado para responder al entorno tanto material como social, e incorpora materiales nacionales para crear un espacio que convive armoniosamente con el día a día y el flujo de sus visitantes. Y es que, irónicamente, la ausencia de un paisaje urbano bien definido entre los edificios a su alrededor, así como el terreno triangular en el que se encuentra, hizo posible jugar con una fachada distinta que brindara cierta armonía y contraste. En la explanada frente al museo suelen instalarse obras de gran formato acorde a las exposiciones en el interior, lo cual contribuye al propósito de insertar el arte en un contexto urbano y cercano a la gente.