Si tienes buena memoria, tal vez recuerdes que en el reverso de uno de los billetes de $50 pesos aparece un acueducto rodeado de mariposas. Por si no lo sabías, se trata del Acueducto de Morelia. Pero ¿por qué habrán elegido precisamente esta construcción? Quizá porque es uno de los acueductos coloniales mejor conservados de México y, sin duda, el ícono arquitectónico más representativo de la capital michoacana. Lo sorprendente es que una ciudad tan moderna como Morelia conserve como parte de su paisaje una obra de ingeniería monumental del siglo XVIII que no solo resolvió una crisis de agua, sino que también dejó un legado de belleza barroca que hoy define su identidad visual. Así que la próxima vez que visites esta hermosa ciudad, no puedes dejar de visitarlo.


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¿Cuándo, cómo y por qué se construyó el Acueducto de Morelia?
El Acueducto de Morelia se construyó originalmente en 1549, aunque aquella primera versión era mucho más sencilla y hecha de madera, por lo que requería constantes reparaciones. La majestuosa estructura que vemos hoy se levantó entre 1785 y 1789, ya con un estilo barroco que le dio su carácter monumental. Está construido por completo con cantera rosa –el mismo material que embellece gran parte del centro histórico de Morelia–, tiene una longitud de más de 1,700 metros y está compuesto por 253 arcos de medio punto, de los cuales 234 son visibles ya que el resto quedó bajo tierra o se integró al paisaje urbano. En su punto más alto alcanza hasta 10 metros de altura. Su propósito fue resolver una severa escasez de agua potable, ya que conducía el líquido desde los manantiales de la zona oriente, conocidos como los Filtros Viejos, hasta el corazón de la ciudad. Pero dejó de funcionar en 1910, cuando se adoptaron métodos más modernos de suministro, y desde entonces ha sido restaurado solo para preservar su estructura y belleza.



¿Qué se puede hacer en el Acueducto de Morelia?
Hoy en día, el Acueducto de Morelia es uno de los atractivos turísticos más emblemáticos de la ciudad. Su antiguo cauce funciona como un camellón arbolado ideal para pasear, correr o andar en bici. Los fresnos ofrecen una sombra deliciosa y la secuencia de los arcos de cantera rosa regala una vista espectacular, por lo que es uno de los mejores lugares para tomar fotos, especialmente al atardecer o cuando se enciende la iluminación nocturna. Además, esta zona se ha convertido en un punto de encuentro cultural y social, donde suelen realizarse ferias, conciertos y exposiciones al aire libre.



Otros atractivos junto al Acueducto de Morelia
Además de admirarlo, la zona donde se encuentra el Acueducto de Morelia es la puerta de entrada al Centro Histórico y está rodeada de varios puntos imperdibles. Justo al inicio se levanta la Fuente de las Tarascas, una escultura icónica de bronce que representa a tres mujeres purépechas. Muy cerca está la Calzada Fray Antonio de San Miguel, una calle peatonal adoquinada donde abundan los cafés, restaurantes y tiendas de artesanías. Y si prefieres algo de naturaleza, el acueducto también bordea el Bosque Cuauhtémoc, el parque urbano más grande de la ciudad, ideal para caminar, descansar o visitar la Pila de los Patos, una fuente donde los visitantes suelen relajarse. En conjunto, todo este entorno hace del Acueducto de Morelia uno de esos lugares para vivir la historia, el arte y la vida cotidiana de la capital michoacana.



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