Valle de Guadalupe es una de las regiones vitivinícolas más importantes de México, aglomerando aproximadamente el 90% de la producción total de vino en México, y con casas vinícolas que vale la pena conocer para degustar de primera mano las cualidades de su terroir. El Perro Raro es uno de sus productores de vino más peculiares, con una historia que data hasta el descubrimiento de una postal en La Lagunilla, y que año con año ofrece blends especiales de respeto al comportamiento de las uvas en el Valle de Guadalupe. ¡Aquí te contamos más!
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El Perro Raro es uno de los vinos independientes afincados en Valle de Guadalupe, de producción limitada y manteniéndose fiel a su nombre a través de blends especiales, etiquetas artísticas y una historia circunstancial que le brinda un carácter bastante peculiar y atractivo. Este año celebra su décimo aniversario, dándose a conocer a un mayor público a través de una serie de eventos especiales que se llevarán a cabo dentro de la casa habitada más antigua de la Ciudad de México.
El Perro Raro nació de la iniciativa de Ivonne Fuentes e Iván Ávila, una pareja dedicada al cine mexicano que, después de realizar un retiro enológico a Valle de Guadalupe en 2013, decidió emprender su vocación en un vino boutique de pequeña producción. El nombre proviene de una antigua leyenda franciscana – en la que se cuenta cómo la orden religiosa fue guiada por California por una raza de perros de capacidades extraordinarias -, para posteriormente tomar la imagen de una postal que la pareja descubrió en un paseo por el mercado de La Lagunilla.
Ésta peculiaridad sentó precedente para diversos aspectos de la marca, resultando en un vino raro, inusual y siempre cambiante. Ofrece un blend distinto cada año, respetando el comportamiento del terroir en Valle de Guadalupe y empleando únicamente uvas locales adquiridas de microproductores en la región. Las etiquetas de El Perro Raro también se renuevan de acuerdo al embotellado, con diseños bastante creativos y elaborados por artistas locales, pero manteniendo al mismo perrito que se aprecia en la postal inicial de La Lagunilla – y con un par de ojos saltones pegados a cada botella -.
El Perro Raro produce un promedio de 2,000 botellas anuales, que pueden adquirirse directamente con la marca a través de sus redes sociales. En caso de querer disfrutar las actividades conmemorativas por el décimo aniversario de la marca, la cita es el sábado 20 de agosto en la Casa Seminario 12, con la opción de reservar una cena maridaje en colaboración con Colectivo Amasijo, o bien una cata de copas raras con vista al Templo Mayor.