Jalisco es un estado ambicioso. No le basta con ser la tierra del agave y cuna de destilados como el tequila, la raicilla y otros más; ahora también cultiva uvas para producir su propio vino. Aunque hay vides plantadas desde hace 30 años, fue apenas en la última década que se empezaron a establecer viñedos que poco a poco han ido produciendo sus vinos. Hoy operan oficialmente 16 vinícolas, distribuidas en franjas que van de la Ribera de Chapala a varios municipios de los Altos de Jalisco. Esto del vino va tan en serio que ya tiene su propia celebración: el Festival Vinart, que acaba de llevar a cabo su tercera edición en el Pueblo Mágico de Ajijic. En Food and Pleasure tuvimos la fortuna de asistir y podemos decirlo sin rodeos: sí, se está haciendo muy buen vino en Jalisco.
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Vinart: un festival para descubrir lo mejor del vino jalisciense
El director del festival, Alejandro Sahagún, nos contó que el objetivo de Vinart es celebrar la pasión, el sabor y la tradición vinícola que cada vez cobra más fuerza en esta región, reuniendo a la mayor cantidad posible de productores de vino mexicano: ‘Queremos que la gente disfrute y pruebe, que tenga la oportunidad de conocer el vino que se está haciendo en Jalisco, pero también que conozca todo el trabajo que hay detrás de poder abrir una botella y tomársela’, nos dijo. Aunque el vino jalisciense es el protagonista, también invitan etiquetas de todo México, como Ensenada, Aguascalientes, Zacatecas o Guanajuato, e incluso de otros países como Chile, España y California. En esta edición lograron reunir más de 45 cavas y alrededor de 150 etiquetas para degustar.
Dos días de vino, fiesta y sabor junto al Lago de Chapala
La edición 2025 del Festival Vinart se celebró el 24 y 25 de mayo en el Hotel Nimue Marina & Residence, un hotel de lujo en Ajijic que, por cierto, también está empezando a producir su propio vino. Todas las ediciones del festival han tenido lugar aquí, en su amplio jardín con vista privilegiada al Lago de Chapala. En cada edición Vinart ha ido tomando fuerza y este año reunió a más de 3,500 asistentes. El corazón del evento es la degustación de vinos directamente de los productores, además de catas, maridajes y la posibilidad de comprar botellas a precios exclusivos. Pero lo mejor es que de aquí surgen nuevas conexiones, colaboraciones y encuentros. A esto se suma un gran ambiente: stands de comida local, música en vivo y 12 horas de brindis con copa en mano. En cada edición buscan ofrecer algo especial, y este año, uno de los momentos más llamativos fue la muestra gastronómica del ‘Ronqueo’, el tradicional corte de un atún de 76 kg y la oportunidad de probarlo fresquísimo.
Vinos jaliscienses que nos conquistaron
Por supuesto, no podemos dejar de mencionar algunos de los vinos jaliscienses que probamos y nos encantaron. Uno fue el rosado espumoso de Merlot de Tierra de Luz, originario de los Altos de Jalisco, que ya presume una medalla de plata en el Global Wine 2024. Otro que nos sorprendió por su propuesta fue Vino Lago Rojo, que nació como proyecto escolar y ahora elabora vino con frutos rojos de la región de Jocotepec como frambuesa, arándano y zarzamora, tiene sabores dulces y ligeros que van perfecto con una ensalada o postre. También estuvo presente el viñedo Cerca Blanca, de Jalostotitlán, que ha sido reconocido con medallas de oro y plata en concursos internacionales. Entre muchas otras etiquetas, sin duda, es un evento clave para seguir posicionando a Jalisco en el mapa vinícola y gastronómico del país. Y ojo, buenas noticias: el festival se celebra dos veces al año y todo indica que la próxima edición será en noviembre. Así que ve apartando la fecha para conocer el vino jalisciense y brindar con una buena copa en mano.
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