En los últimos años, Ona se ha convertido en uno de los spots favoritos para el brunch con amigas, las comidas casuales en familia y las wine nights en pareja. La personalidad de este restaurante tiene que ver no solo con la decoración sobria pero acogedora de esta esquinita frente al Parque Lincoln en Polanco, sino también por la propuesta gastronómica sofisticada y apapachadora de la chef Ara Patiño. Definitivamente hay más de un platillo en el menú por el que vale la pena volver más de una vez a Ona, pero definitivamente su hamburguesa de Waygu pelea los primeros puestos dentro de la lista de comidas que te harán salivar de solo recordarlas.
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Gran parte de la carta de Ona retoma recetas conocidas y adoradas —como hotcakes, tiraditos, risottos y albóndigas—, pero con un giro que busca resaltar los sabores, aromas y texturas que llevan cada platillo al siguiente nivel. Un ejemplo de ello es la hamburguesa de waygu, una reinterpretación de la clásica hamburguesa con queso que demuestra que este clásico de clásicos entre la comida rápida también puede ser un verdadero deleite de sofisticación gastronómica. Las notas dulces y saladas activan cada papila gustativa en la boca: carne waygu, fritura de cebolla, queso gouda gratinado, mermelada de tocino, champiñones asados, pepinillos caseros y, obviamente, una generosa porción de papas fritas.
La casa cuenta con una cava de lo más variada y personal listo para dar las mejores recomendaciones de maridaje. Pero si te gusta experimentar con la coctelería, los ‘drinks’ de la casa prometen un balance agradable y opciones para todos los gustos, desde el smash de pepino —pepino macerado con albahaca y vino blanco— hasta el mojito de vino tinto.
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Finalmente, no hay mejor forma de dar cierre a una excelente comida (y más si se trata de una excelente hamburguesa) que con un postre espectacular. Y es que en Ona, partiendo de la premisa de que la cocina está hecha a base de amor, los dulces son un verdadero manjar que te apapacha desde que llega a la mesa y encarna el dicho ‘barriga llena, corazón contento’. No te puedes ir sin probar el cheesecake de brownie con un toque de caramelo salado, o la pavlova con frutos rojos.
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