En un país lleno de maravillas arquitectónicas, México alberga algunas iglesias que parecen sacadas de una película de terror, envueltas en un aura de misterio y enigma. Estas construcciones, de arquitectura gótica y neogótica, destacan por sus arcos apuntados, bóvedas de ojiva y magníficos vitrales que filtran la luz de maneras casi sobrenaturales. Aunque su presencia es imponente, hay una magia inquietante en estos espacios que invitan a explorarlos. Este estilo arquitectónico plantea preguntas fascinantes sobre la dualidad de lo divino y lo oscuro, creando un ambiente donde lo divino y lo aterrador coexisten en armonía.
La Catedral Neogótica de Zamora, Michoacán
La Catedral de Zamora es considerada la catedral neogótica más grande de México. Su nombre oficial es Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe, su construcción comenzó en 1898, bajo la dirección del obispo José María Cázares pero la obra se vio interrumpida en varias ocasiones, lo que le valió el apodo de ‘La Catedral Inconclusa’. En 1988, la diócesis de Michoacán retomó el proyecto y logró culminarla en 2009. Destaca por ser una de las catedrales más altas de México y América Latina, con torres que alcanzan los 107 metros de altura, incluso, el área total del conjunto destinado al santuario supera las dos hectáreas. Su construcción es de cantera rosa y piso de granito natural, tiene cinco naves y nueve accesos. La fachada y atrio son impresionantes, con un rosetón y hornacinas con santos. El interior es amplio y luminoso, con vitrales coloridos. La Catedral de Zamora, concebida como un símbolo del poder de la Iglesia en Michoacán, adoptó el estilo gótico medieval por varias razones, una de ellas es que aspiraban a la grandeza, el neogótico permitía crear edificios altos y majestuosos, con elementos como las agujas y los arcos apuntados, que evocaban la espiritualidad y la conexión con lo divino. Hay una fuerte leyenda que dice que durante la Guerra Cristera, muchos creyentes fueron fusilados en sus muros, y que las marcas de las balas aún son visibles.
Templo Expiatorio de León, Guanajuato
El Templo Expiatorio Diocesano del Sagrado Corazón de Jesús, más conocido simplemente como el Templo Expiatorio, es una impresionante construcción religiosa ubicada en el corazón de León, Guanajuato. Este templo, de estilo neogótico, es otro de los más grandes y emblemáticos de México. Su construcción comenzó en 1921, bajo la iniciativa del padre Bernardo Chávez Palacios. La obra se concibió como una expresión de fe y devoción al Sagrado Corazón de Jesús, y se buscó que fuera una de las catedrales más grandes y hermosas de México. A lo largo de su construcción, el Templo Expiatorio enfrentó diversas dificultades, como la Guerra Cristera y la inundación de León en 1926, lo que provocó interrupciones en las obras. Finalmente, después de más de 90 años de construcción, el Templo Expiatorio fue inaugurado oficialmente en 2012, con la visita del Papa Benedicto XVI. Su diseño se inspira en las grandes catedrales góticas de Europa, con elementos como arcos apuntados, bóvedas de crucería, rosetones y torres gemelas. Se utilizaron materiales de alta calidad, como cantera rosa, granito y mármol, lo que le confiere una apariencia majestuosa y duradera. Con sus dos torres de más de 100 metros de altura, el Templo Expiatorio es una de las construcciones religiosas más altas de México.
Catedral Metropolitana de Guadalajara, Jalisco
La Catedral Metropolitana de Guadalajara, que también se conoce como la Catedral Basílica de la Asunción de María Santísima, es como el alma religiosa de la ciudad y un verdadero ícono cultural e histórico. Su construcción comenzó en el siglo XVI, y es un gran reflejo de cómo ha evolucionado la arquitectura y la religión en México. Martín Casillas, el alarife a cargo, comenzó con un estilo renacentista, pero a lo largo de los siglos le fueron sumando nuevos toques. Por ejemplo, en el XVII le añadieron detalles barrocos que la hicieron aún más espectacular, y en el XIX se hicieron remodelaciones que le dieron un aire neogótico. Así que, su estilo es una mezcla genial de renacentista, barroco y neogótico. La fachada es impresionante, con sus torres gemelas y un gran rosetón que no pasa desapercibido. Ya dentro, te sorprende lo amplio y luminoso del espacio, con una nave central y naves laterales llenas de altares, retablos y obras de arte religioso. También hay varias capillas, cada una con su propia historia y devoción. Para añadirle un toque de misterio, en la cripta, se encuentran los restos de arzobispos y otras personalidades religiosas.
San Juan Bautista Xcunyá, Mérida
La Iglesia de San Juan Bautista es una auténtica joya escondida en la comisaría de Xcunyá, a las afueras de Mérida, Yucatán. A diferencia de otras iglesias de la región, esta destaca por su estilo neogótico, con esos arcos apuntados y ventanales en forma de pentagrama que le dan un aire casi mágico… o tal vez un poco misterioso. Su estructura es más sobria que las barrocas que la rodean, lo que la hace aún más intrigante. La iglesia se alza sobre una pequeña plataforma con escalones que parecen invitarte a descubrir sus secretos, y su cúpula octagonal le otorga un aspecto singular que no puedes dejar de mirar. Se dice que su diseño fue influenciado por la arquitectura francesa de la época, lo que la convierte en un ejemplo único de fusión de estilos en la región. Con más de 100 años de historia, ha pasado por trabajos de rehabilitación para mantener su belleza y asegurar que continúe en pie. Y lo mejor de todo es que está rodeada de antiguas haciendas henequeneras, lo que le añade un aire de misterio y hace que sea un destino fascinante para quienes buscan conocer la historia y la cultura de la zona.
Templo del Carmen, San Luis Potosí
El Templo de Nuestra Señora del Carmen es una auténtica joya del barroco mexicano y un símbolo de la religiosidad potosina. Este templo, situado en la Plaza del Carmen, en pleno centro histórico de SLP, es uno de los mejores ejemplos del barroco churrigueresco en el país. Su construcción comenzó en 1749 y se terminó en 1764, gracias a la generosidad de Nicolás Fernando Torres y su esposa, Gertrudis Maldonado Zapata. La fachada principal es una obra maestra por sí sola, llena de detalles como columnas salomónicas, guirnaldas de piedra y relieves florales. Y el interior no se queda atrás, el altar mayor es impresionante, con un retablo dorado que alberga a la Virgen del Carmen. El camarín de la Virgen, que fue reconstruido después de un incendio, es un rincón íntimo y lleno de devoción. El templo tiene una planta en forma de cruz latina, con una nave central y dos laterales. Fundado por la Orden de los Carmelitas Descalzos, este lugar ha sido declarado Monumento Histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Y cada Viernes Santo, el templo se convierte en el punto de partida de la famosa Procesión del Silencio, una de las más importantes de México.
Catedral Basílica de Zacatecas
La Catedral de Zacatecas es un templo católico que se encuentra en el corazón del centro histórico de la ciudad, ¡y es la más importante de la diócesis de Zacatecas! Está dedicada a la Asunción de la Virgen María y se construyó entre 1725 y 1738 en un impresionante estilo barroco. Con sus 55 metros de altura y capacidad para 10,000 personas, no pasa desapercibida. La fachada principal tiene un estilo churrigueresco, llena de ornamentación y esculturas que realmente la hacen destacar. Dentro, la catedral tiene una planta de cruz latina con tres naves y un transepto. El retablo mayor, también barroco, está dedicado a la Virgen María. Además, este lugar esconde los restos de personajes importantes en la historia de Zacatecas, como el conquistador Juan de Tolosa y el obispo Juan Antonio de Vizarrón. Es considerada una de las iglesias más bellas de México y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.