Oaxaca es uno de los estados conocidos por su encanto tradicional, abundante en recintos históricos, riqueza prehispánica y deliciosa gastronomía regional. Oaxaca de Juárez destaca como uno de sus destinos más especiales, con infinidad de rinconcitos culturales que vale la pena conocer; a las afueras de su Centro Histórico se localiza Jalatlaco, un barrio oculto lleno de bellísimos edificios coloridos y una atmósfera local, perfecto para disfrutar un acercamiento más cercano a la ciudad.
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Jalatlaco es una de las joyas secretas en Oaxaca de Juárez. Se trata de un barrio de origen zapoteco cuyo nombre significa ‘barranca de arena’, fundado durante el siglo XVI y manteniendo gran parte de su arquitectura colonial, así como un sinfín de edificaciones coloridas que permitirán a cada uno de sus visitantes apreciar el encanto local y la esencia tradicional del destino.
Al encontrarse a las afueras del Centro Histórico, Jalatlaco ofrece un espacio de auténtica herencia oaxaqueña, pero dentro de un área idónea para escapar momentáneamente del bullicio turístico de la ciudad. Su atmósfera es romántica y juvenil, conjugando perfectamente su carácter histórico con algunas propuestas más recientes, y resultando en una increíble zona donde deleitarse con bellísimas construcciones coloridas que mantienen – casi – intacto su patrimonio arquitectónico.
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La mejor forma de conocer Jalatlaco es perdiéndose entre sus callejones empedrados, y así maravillarse con los bellísimos murales que adornan sus paredes; éstos comparten un pedacito del talento local y nacional a través de grandes obras artísticas. De buscar una visita de goce gastronómico y cultural, te recomendamos pasear por su icónica calle Aldama, con increíbles propuestas locales de las que destacan cafeterías, restaurantes, bares y galerías independientes.
Entre las edificaciones más importantes de Jalatlaco se encuentra su Templo de San Matías, construido antes de la fundación del barrio como una ermita consagrada a Santa Catarina Mártir, para después cambiar su advocación a San Matías Apóstol. Cuenta con una hermosa fachada de cantera amarilla, y es el sitio perfecto para conocer un poco más sobre la cultura eclesiástica de la zona. Como esta hay bastantes construcciones históricas, por lo que no está de más recorrer libremente sus calles para dejarse sorprender con su fascinante arquitectura colonial.