En la vida como en la arquitectura, muchas veces ‘menos es más’, y el Jardín Anatole en Polanco lo demuestra con una elegancia sin igual. En medio de la modernidad y el concreto de esta exclusiva colonia, este edificio se destaca por su estética única, desafiando los estándares constructivos y ofreciendo una propuesta arquitectónica innovadora. La elección de la madera no solo añade un toque cálido y natural al paisaje urbano, sino que también subraya un compromiso con prácticas de construcción más respetuosas con el medio ambiente. Además de captar miradas, esta obra establece un nuevo estándar para la sostenibilidad en la Ciudad de México.
En un espacio anteriormente ocupado por el patio de una casa histórica, surgió el Jardín Anatole, un edificio cuyo nombre se debe a la calle donde se edificó, en Anatole France de la colonia Polanco. Su diseño estuvo a cargo del estudio Dellekamp Arquitectos,– una oficina establecida en México, centrada en arquitectura residencial–. Luego de que los arquitectos Derek Dellekamp y Jachen Duri Schleich buscaran materiales y sistemas constructivos alternativos de alto impacto, surgió el uso de la madera como el elemento principal de esta edificación. Los arquitectos han señalado que debido a la ligereza del material, tiene la capacidad de resistir mejor a los sismos; y que en un país azotado por los terremotos como México, la madera podría convertirse en un elemento de construcción esencial.
El edificio terminó de construirse en 2022, su estructura se basa en una caja de madera sostenida por una única columna de acero en forma de ‘V’ que sostiene el edificio y permite liberar completamente la planta baja. El inmueble dispone de cinco pisos que albergarán tiendas de marcas reconocidas, así como tres niveles destinados a ser oficinas. Como su nombre lo indica, el edificio cuenta con un jardín lleno de vegetación endémica que se integra al espacio público, creando un oasis de vegetación en medio de la ciudad. Debido a la plusvalía de la zona, pocos inmuebles cuentan con áreas libres por lo que una de las premisas del diseño fue difuminar los límites entre lo público y lo privado, de esta manera, el jardín es un espacio público conectado a la calle para el disfrute de los transeúntes.
Al ser un testimonio de innovación y creatividad, el Jardín Anatole recibió la medalla de oro en la categoría ‘Oficinas’, en la Sexta Bienal de Arquitectura de la Ciudad de México. Este reconocimiento subraya no solo la excelencia de su diseño, sino también el uso destacado de madera laminada de encino, seleccionada por su eficiencia, durabilidad y propiedades retardantes del fuego. Este proyecto no solo destaca por su diseño vanguardista, sino que también demuestra que la creatividad y la sostenibilidad pueden ir de la mano.