En 1921, el poeta zacatecano Ramón López Velarde escribió ‘La suave patria’, un poema de amor para México cuyos versos se convertirían en lectura obligatoria en las escuelas del país. Y si bien López Velarde conoció varios de los estados de la República a lo largo de su vida, fue en Jeréz donde vivió sus primeros años y muchas de sus vacaciones durante su juventud. Con esto en mente, no es difícil imaginar de dónde surgió su amor por los paisajes mexicanos, pues las calles alegres llenas de música y edificios neoclásicos de este Pueblo Mágico en Zacatecas son un espectáculo que enamoraría a cualquiera.
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A solo 57 kilómetros de la capital del estado, en medio de un valle prácticamente plano y de climas templados en la boca de entrada al Cañón de Tlaltenango, Jeréz es el destino ideal para quienes buscan relajarse en un ambiente pintoresco, sereno, con tradiciones vivas y magníficos paisajes naturales. Esta fue tierra de chichimecas, guachichiles y zacatecos antes de la llegada de los españoles, pero a finales del siglo XVI se estableció este pueblo alrededor de las minas de la zona. A partir de entonces, la ciudad fue creciendo y se fueron levantando increíbles edificios que dan fe de la relevancia arquitectónica de Jerez. Algunas de las joyas neoclásicas que vale la pena conocer en un recorrido por las calles del pueblo son el Teatro Hinojosa, el edificio de La Torre —que hoy en día es biblioteca y casa de cultura—.
Una de las características principales de este pueblo mágico es la música que anima casi perpetuamente las calles, pero lo que poca gente sabe es que Jeréz es la cuna donde se fusionaron los estilos musicales prehispánicos con los sones e instrumentos de otras regiones para crear el ‘tamborazo zacatecano’, el cual terminaría por convertirse en las famosas bandas que se escuchan por todo el país.
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Enmarcado por la belleza de la Sierra de Cardos, este fértil valle agrícola ofrece algunas de las mejores experiencias para lxs amantes de la naturaleza. Aquí también se celebra una de las fiestas más antiguas de Zacatecas: la Feria de Primavera. La historia de este evento se remonta a 1824, iniciaba durante el Sábado de Gloria y continuaba el resto de la semana. Durante esos días, cientos de jerezanos regresan a su tierra
Por último, no podemos no mencionar otras dos de las grandes aportaciones de Jerez a la cultura e identidad del país. Primero, la deliciosa gastronomía de Jerez, cuyos platillos más populares probablemente conoces: la birria, la barbacoa, el chorizo jerezano y la lengua rellena de vino de Jerez, así como postres exquisitos como los dulces de biznaga el camote de leche. Por otro lado, es necesario hablar de las artesanías típicas de este lugar, pues aquí se fabrican artesanías para charrería y preciosa joyería de filigrana.
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