La Roma esconde spots que poco a poco se han ganado los corazones de diferentes comensales gracias a la versatilidad de estilos, aquí se disfruta la vida y se la vive comiendo. Es por eso que Kuren, con tan solo dos meses de apertura ya es un referente entre los paladares sibaritas de la zona. La propuesta a cargo del chef Siete Sánchez, nos regala una probadita de Japón en un omakase en el cual te pones en las manos del chef para vivir una experiencia sensorial única.
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Como si estuvieras en las calles de Japón al llegar a Kuren lo primero que llama la atención es la robata (parrilla de yakitori) de Jefe San Ramen, un espacio alterno a la elegancia de Kuren, que te lleva por el mejor street food de los izakaya japoneses; ya que para ellos es muy común salir a beber una cerveza mientras disfrutan un reconfortante tazón de ramen o una gyozas llenas de sabor que hacen el match perfecto para terminar una tarde lluviosa o un día ajetreado. Algo que debes saber es que este espacio solo abre de seis a 12 de la noche.
Después de percibir los increíbles aromas de la robata, es momento de conocer esta barra japonesa de la que todo mundo habla; en la entrada el letrero que te indica por donde seguir el camino para una experiencia llena de sabor. Lo primero que notas es el estilos minimalista que entre mármol, madera y cemento, muestra su la da casual y elegante; lo curioso es que esta diseñado tan perfecto que con tan solo bajar las escaleras te sentirás en una atmosfera diferente. Aunque el espacio es pequeño, aquí se cuentas las historias casi en casa rincón, ya que cada uno esta planeado y distribuido para una experiencia diferente.
La barra de sake es el corazón del lugar, que además recibe a los comensales. Y es que aquí hablar de esta bebida te da abanico de posibilidades para conocer otros estilos que seguro pocos acostumbran; aunque parezca intimidante lo increíble de Kuren es que tienen una experta de esta bebida y ella te guiara desde tu llegada. La barra de bebidas también incluye whiskey japonés, cerveza japonesa y por supuesto la coctelería de autor con ingredientes del País del Sol Naciente.
A un costado de la barra de sake, se encuentra un privado para siete a ocho personas con entrada, y tocador independiente, así las reuniones tienen ese toque especial que te aleja del bullicio de los comensales para vivir la experiencia en tranquilidad. Pasando la barra se esconde el lugar más preciado de este proyecto que trae un pedacito de Japón a México. Se trata de un speakeasy de omakase, en el cual ‘como el nombre del chef’, solo admite a siete comensales, los cuales se dejan guiar por Siete Sánchez.
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Durante el omakase puedes maridar tus tiempos con parte de la coctelería, o sake de la barra. Aquí la comida va saliendo en un ambiente de tranquilidad que te desconecta del mundo. Y los chefs de Kuren se toman muy en serio cada uno de los tiempos que salen de su pequeña barra llena de destalles. Lo primero es una pequeña ensalada para limpiar el paladar, seguida de una sashimi y posteriormente los nigiri, así hasta que decidas parar. Lo que se nota en cada bocado es la frescura del producto y ese toque sutil y elegante de sabor que Siete Sánchez le pone a cada uno, dejando ver su estilo y su escuela al pasar por grupos restauranteros tan importantes como Edo Kobayashi y Pujol.
El ultimo bocado es un ‘taquito dulce’ nigiri de anguila con foie gras, que no podría ser más perfecto en la boca. Al terminar puedes seguir la sobremesa con un buen sake y así armar una noche increíble en este spot, que se volverá tu favorito. Recuerda reservar con tiempo ya que las experiencias duras dos horas y comienzan desde las dos de la tarde. Ya sea la barra de sake, el speakeasy o Jefe San Ramen es mejor que reserves con antelación para evitar hacer filas, esto se hace directamente desde Open Table.