Aunque la CDMX puede llegar a ser un poco abrumante, se encuentra rodeada de hermosos paisajes naturales, lo que permite escaparse ocasionalmente para disfrutar experiencias conexión con el medio ambiente. Si amas los escenarios acuáticos y necesitas un destino donde olvidarte del calor, aquí te compartimos algunas de las lagunas cerca de la CDMX que debes conocer cuanto antes.
Laguna de Atlangatepec
Ubicada en el estado de Tlaxcala y aproximadamente a dos horas desde la CDMX, la laguna de Atlangatepec es uno de los espacios naturales que no se pueden pasar por alto. Se trata de un enorme cuerpo de agua cuya superficie abarca alrededor de 1200 hectáreas, que además desempeñan un papel fundamental en la biodiversidad mexicana y la vida cotidiana de sus territorios cercanos; al rodearse de vegetación exuberante, también permite apreciar paisajes sublimes y de increíble belleza natural.
Un aspecto importante de esta laguna es que se considera un santuario para la trucha y el ajolote, dos especies endémicas de México de las que se podrá aprender más a través de recorridos especiales o mediante la visita a granjas acuícolas. Algunas de las actividades turísticas más populares son la práctica del veleo, pesca deportiva, senderismo, ciclismo de montaña y camping.
Laguna de Almoloya
También conocida como laguna de Chignahuapan, esta es una de las lagunas cerca de la CDMX donde se podrá disfrutar uno de los destinos naturales más encantadores de Puebla, así como un Pueblo Mágico de encanto escénico y atractivo tradicional. Se compone por nueve ojos de agua en un color azul intenso, donde se pueden realizar diversas actividades de conexión medioambiental como recorridos en lancha, paseos en kayak y pesca de truchas.
Debido a su tonalidad vibrante, la superficie de la laguna refleja el cielo y los alrededores de Chignahuapan, lo que además resulta en paisajes de magnificencia natural. Vale la pena aprovechar la visita para descubrir los demás puntos de interés en el Pueblo Mágico, ya sea conociendo su Basílica de la Inmaculada Concepción –con la Virgen más grande en todo el mundo–, la Plaza de Armas, o alguno de sus centros de producción de esferas navideñas.
Laguna de Aljojuca
Visitar la laguna de Aljojuca es maravillarse con uno de los fenómenos naturales más sorprendentes en Puebla, ya que cada invierno sus aguas cambian de un color azul intenso hasta una tonalidad esmeralda –científicamente se le conoce como azuframiento–, lo que también hace que sus peces suban a la superficie y permita pescar más fácilmente. Se ubica aproximadamente a tres horas de la capital mexicana, consolidándose como una de las lagunas cerca de la CDMX cuya visita será garantía de un espectáculo orgánico.
Se trata de un maar –cráter volcánico lleno de agua– de un kilómetro de longitud y 400 metros de profundidad, rodeado de algunos de los paisajes más sublimes al Pico de Orizaba, que sin duda alguna serán perfectos para disfrutar una experiencia de conexión ambiental. Existe la posibilidad de pasar la noche acampando junto a la laguna, así como realizar recorridos de senderismo y practicar pesca deportiva.