El latte es una de las muchas bebidas elaboradas a base de café, perfecta para comenzar las mañanas de una forma muy reconfortante, esto debido a que cuenta con una textura sumamente suavecita gracias a que su leche espumada. Su preparación es todo un arte, que puede dominarse siguiendo algunos tips y recomendaciones para facilitar el proceso, sigue leyendo para conocerlos.
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Conocer las medidas de un latte
Puede que sea un poco confuso diferenciar un latte de un capucchino o un machiatto ya que, si bien las bebidas se elaboran a base de los mismos ingredientes y tienen una presentación similar, sus técnica y medidas son distintas. Un latte se compone de tres capas –50% café, 30% leche y 20% espuma–, y en ocasiones cuenta también con preciosos diseños artísticos en su superficie. Sin duda alguna, su proceso es mucho más sencillo con una máquina precisa y fácil de utilizar, como The Barista Express® Impress de Breville.
Elegir una buena leche
La leche es de los elementos más importantes al momento de elaborar un buen latte, ya que será factor determinante para brindarle consistencia y textura a la bebida. Se recomienda optar por leche entera y fría, especialmente para principiantes que no cuenten con experiencia en el proceso de espumado.
Preparar la cafetera
Es importante que la cafetera empleada para elaborar el latte se encuentre completamente limpia, y que cuenta también con las cantidades de café y agua necesarias. El primer paso será preparar un espresso, para posteriormente verterlo dentro de la taza asegurándose de llenar únicamente un tercio para tener espacio disponible para la leche y espuma.
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Espumar la leche
Puede que este sea uno de los pasos más complejos al momento de preparar un latte, pero con un poco de práctica y constancia se logrará a la perfección. Gran parte de las máquinas de café modernas cuentan con una varilla metálica con la que espumar la leche, calentándola a presión y generando espuma con ayuda de un poco de aire. Lo que debes hacer es colocar la punta de la varilla dentro de la jarra metálica llena de leche, para posteriormente inclinarla y crear un movimiento circular mientas mueves la jarra de arriba hacia abajo. Se recomienda tomar la taza con la mano –sin ayuda de un trapo– para sentir directamente la temperatura, y finalizar una vez que esté muy caliente para sostenerla.
Verter la leche
El paso final en la preparación de un latte también requiere mucha práctica, y más en caso de querer crear diseños más complejos y elaborados. Deberás inclinar ligeramente la taza, para posteriormente verter un poco de la leche en movimientos circulares, preferentemente separando la taza de la jarra unos cinco centímetros; después, acerca la taza y la jarra para terminar de llenar la taza, ahora a una velocidad un poco más lenta y desde el centro de la taza, realizando movimientos en zigzag para tratar de crear una figura.