No cabe duda de que algunos de los destinos más deslumbrantes del mundo le deben su belleza a la historia que se narra en su traza y su arquitectura. Y no solo hablamos de la historia de las culturas que han habitado sus tierras, sino también sobre la historia natural del territorio, y cómo cada lugar ha hallado el modo de coexistir con el entorno natural. Las ciudades que han respetado el flujo del agua por sus tierras tienen un encanto particular, y aunque la más famosa es sin duda Venecia, China tiene su propia ciudad repleta de canales y puentes que es considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se trata de Lijiang, uno de los destinos más encantadores de todo Asia.
Ubicado al noroeste de la provincia de Yunnan, cerca de la frontera con Birmania, Lijiang es un ‘pueblito’ atravesado por las aguas de Heilongtan, un enorme lago alimentado por los manantiales de las montañas circundantes. Al llegar a Lijiang, el río se ramifica en distintos canales que conectan la ciudad y las viviendas por vía acuática en lugar de terrestre. Estos paisajes dignos de postal se conjugan con las impresionantes vistas de la Montaña de Nieve Dragón de Jade que se yergue imponente en el fondo —al cual se puede subir a través de un teleférico—, creando una panorámica verdaderamente deslumbrante.
Lijiang se fundó hace más de 800 años y desde entonces aprendió a ajustar sus actividades económicas y civiles a la traza del agua. La historia de los pueblos que pasaron por aquí se narra en los muros de las casas y las principales construcciones, las cuales conservan un estilo muy particular de madera minuciosamente tallada con motivos naturales, así como en los más de 350 puentes que atraviesan los canales, los cuales revelan estilos de lo más diversos, desde puentes de piedra hasta complejas estructuras de madera, pavimentados o con arcos.
El casco antiguo de ‘La Venecia del Este’ fue nombrada Patrimonio de la Humanidad en los 90, y desde entonces el turismo ha crecido exponencialmente, atrayendo a viajeros de todo el mundo deseosos de descubrir los paisajes y la cultura de este encantador ‘pueblito’ chino. Es por eso que por las noches el casco antiguo de Lijiang se llena de fiesta, con luces que iluminan los puentes y las fachadas de las casas, música y una vida nocturna animada que invita a los visitantes a sumergirse en la magia del lugar. Sin embargo, es importante recordar que los entornos como este son frágiles, por lo que hay que procurar ser viajeros responsables y no fomentar prácticas que pongan en riesgo el patrimonio ni contaminen los canales.
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