Si eres de lxs que siempre está buscando lugares nuevos y deliciosos para ir a desayunar, seguramente ya conoces —y adoras— Bou, el rinconcito en la Roma Norte aclamado por sus pancakes de mora azul, sus chilaquiles verdes y, por supuesto, por su panadería de masa madre y repostería artesanal cuyo aroma te envuelve apenas poner un pie en el local. El común denominador de todo lo que sale de la comida de este lugar es el cuidado detrás de cada platillo para asegurar que toda la experiencia sensorial sea un verdadero deleite. A pesar de que en Bou pareciese haberse alcanzado la perfección con los desayunos (que seguirán disponibles todo el día), no se quedaron ahí y recién estrenaron un menú de comidas tan espectacular que estarás tentadx a comer todos los alimentos del día aquí.
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Lo primero que sorprende de este menú es que, a pesar de que el pan es el ícono de la casa, la mayoría de los platillos no dependen de este ingrediente. De entrada, las ensaladas son una opción fresca y llena de texturas y sabor que desafía por completo la idea recurrente de que las hojas y las verduras se comen más por obligación que por gusto. La ensalada de quinoa y hierbas aromáticas con aderezo de avellanas bien podría ser suficiente para satisfacer tanto al estómago como al antojo —como la mayoría de los platos del menú, por lo que recomendamos ampliamente pedir al centro para poder probar de todo—, o bien algo un poco (poco) más ligero como la ensalada BOU, con betabel rostizado, hinojo, jitomate cherry, hojas verdes, queso de cabra y corazón de alcachofa.
Los platos fuertes no se quedan atrás, y si creías que la vara estaba alta con los desayunos, los tacos de short rib te volarán la cabeza con su carne ultra suave y jugosa que se desbarata en la boca sin oponer resistencia alguna. Si te vuelve tan locx como a nosotras, también puedes encontrar esta delicia en formato sándwich (con pan de la casa, obvio). Si lo tuyo son los pescados, las tapas de salmón gravlax, montadas sobre pan de centeno, son un viaje a la playa en cada mordida. Para quienes buscan un sabor más a hogar, la pechuga de pollo en salsa romesco es un apapacho que te remitirá a los días más felices en la cocina de tu abuela.
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Pasemos, pues, al postre. Aunque este menú no es nuevo, es totalmente digno de mención, porque es prácticamente pecado venir a comer a Bou e irte a buscar el final dulce a otra parte. Lo primero que te recibe al entrar es una vitrina diseñada para echar a andar las glándulas salivales y asegurarse de que no te irás sin darle un cierre azucarado a tu visita. Desde tartas de limón con merengue, tartas de manzana y panqueques de plátano, hasta las estrellas de la casa: la tarta de queso con compota de naranja y jengibre y el Pastel Bou, con chocolate belga y compota de frutos rojos. Son básicamente el paraíso.