El mezcal es una de las bebidas alcohólicas más emblemáticas de México, creada a partir del agave y con raíces arraigadas en las civilizaciones prehispánicas, mostrando también una variedad más completa de los agaves mexicanos. Así como hay diferentes tipos de mezcal, éstos también se dividen en diversas categorías: comercial, artesanal y ancestral. Este último se elabora a partir de los métodos más tradicionales y antiguos, completamente por mano de obra humana –sin el uso de máquinas o animales– y en un proceso mucho más lento que destaca las notas de sus agaves silvestres. Hace poco Montelobos lanzó al mercado un nuevo mezcal ancestral, aquí te contamos más
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Para entender en su totalidad la importancia de Montelobos Ancestral, es fundamental entender la clasificación de los mezcales y sus procesos de elaboración. Como se mencionó anteriormente, este destilado mexicano se clasifica en comercial, artesanal y ancestral, cada uno creado a partir de diversos procesos de molienda, fermentación y destilación. La primera categoría tiene una destilación en columnas, la segunda en alambiques de cobre y la última en ollas de barro, lo que le brinda al mezcal perfiles singulares de sabor y textura.
Otro aspecto sustancial es que la molienda del mezcal ancestral se elabora en su totalidad por el ser humano –a diferencia del mezcal comercial que se apoya de máquinas, o el artesanal de caballos–, lo que resulta en una producción más lenta, que a su vez requiere mayor inversión de tiempo y esfuerzo. La recompensa es una bebida mucho más arraigada en las tradiciones prehispánicas de México, con toda la profundidad, carácter y mineralidad de la arcilla roja, así como un perfil salvaje y perfecto para disfrutarse derecho.
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Para esta nueva expresión de Montelobos Ancestral, la marca eligió como protagonista el agave espadín, ya que tanto su complejidad como su carácter único permiten apreciar en su totalidad el esfuerzo detrás de su proceso ancestral. Cabe destacar que, si bien este mezcal se describe como suave con notas de hierbas y frutas, en esta botella se pueden apreciar también notas más terrosas y especiadas.
El destilado alcanza los 45 grados de alcohol, aunque se percibe lo suficientemente amable y redondo para el paladar, gracias a la mineralizad aportada por el barro. Se sugiere disfrutarlo sin mezclar o derecho, así como optar por un maridaje con sabores ácidos, amargos o dulces.