Cuando pensamos en ir a un museo, lo último que se nos viene a la mente es un panteón. Sin embargo, el Museo Panteón de San Fernando no es cualquier panteón. Es uno de los recintos sepulcrales más antiguos de la CDMX y, milagrosamente, aún se conserva hasta nuestros días. Aquí descansan los restos de figuras clave de la historia de México, como el presidente Benito Juárez, Vicente Guerrero, Ignacio Comonfort, Martín Carrera, el general Ignacio Zaragoza, y artistas como Francisco González Bocanegra, autor del Himno Nacional. Por eso, este lugar no solo tiene una enorme riqueza histórica y cultural, también destaca por su arquitectura y las esculturas que decoran las tumbas. Lo mejor es que no está a las afueras de la ciudad, sino en pleno Centro Histórico, a unas calles de la Alameda Central. Y si aún no lo conoces, este debería ser tu próximo museo por visitar.


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El surgimiento del Panteón San Fernando
La historia del Panteón de San Fernando se remonta a la época virreinal, cuando era común enterrar a las personas dentro de los templos, ya que se creía que así tenían más posibilidades de llegar al cielo. Las personas con mayores recursos económicos, benefactores de la iglesia y gente con gran linaje o puestos públicos eran enterradas más cerca del altar mayor. Uno de los primeros lugares donde se practicó esto fue el Templo de San Fernando, construido en 1735 con estilo barroco. Ahí mismo, junto al altar, están enterrados personajes como los virreyes Matías de Gálvez y su hijo Bernardo, conocidos por impulsar la construcción del Castillo de Chapultepec. Pero claro, enterrar a los muertos dentro de los templos traía consecuencias desagradables: malos olores y condiciones insalubres. Por eso, a finales del siglo XVIII, el arzobispo Alonso Núñez prohibió las sepulturas dentro de las iglesias y ordenó construir cementerios.


Panteón de San Fernando: el cementerio más exclusivo de su tiempo
Así nació el Panteón de San Fernando en 1832, justo a un lado de la iglesia. Muy pronto se convirtió en el más exclusivo de la ciudad. Al principio, solo podían ser enterrados frailes fernandinos y grandes benefactores, pero con el tiempo, su limpieza y organización lo volvieron el favorito de las familias de clase alta. Los precios subieron y solo los más ricos podían pagar su inhumación en este lugar. Años más tarde, con las reformas liberales de Benito Juárez, el panteón pasó a manos del gobierno, que al ver que ahí ya descansaban personajes destacados, lo declaró Panteón de Hombres Ilustres. Poco después, el mismo Juárez ordenó la clausura de todos los cementerios que se encontraran dentro de los límites de la ciudad. Sin embargo, el Panteón de San Fernando volvió a abrirse solo una vez más: en 1872, cuando el propio Benito Juárez fue sepultado ahí.


Entre tumbas y esculturas la experiencia de visitar el Museo Panteón de San Fernando
En 1935, el Panteón de San Fernando fue declarado monumento histórico por el INAH, y en 1968 recibió una gran restauración con motivo de los Juegos Olímpicos en México. Más adelante, en 2006, se convirtió en museo de sitio. Hoy puedes recorrerlo y ver de cerca las tumbas de varios personajes históricos. En el centro destaca la de Benito Juárez y su esposa Margarita Maza, quienes comparten la tumba más grande, de estilo neoclásico. Otras sepulturas llaman la atención por sus estatuas y columnas de inspiración griega. El Museo Panteón de San Fernando también ofrece una exposición dedicada a la Reforma. Además, se realizan visitas guiadas que exploran la riqueza histórica y artística del lugar, y con frecuencia hay exposiciones temporales, conferencias, cine, teatro, presentaciones de libros y talleres. La entrada es gratuita y puedes visitarlo de martes a domingo, de 11 a 17 horas. No te lo pierdas.
Dirección: San Fernando 17, Centro Histórico de CDMX, Guerrero
Página: @panteonsanfer


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