Cada cierto tiempo, Tequila 1800 celebra el lanzamiento de ediciones especiales que celebran el lujo, la historia y la herencia tequilera de nuestro país. Este año no es la excepción y para conmemorar que el tequila fue guardado en barricas por primera vez para su maduración y añejamiento, la marca premium decidió expresarlo con una botella que refleja el pasado y presente de una civilización poco común que habitó en la región de Teuchitlán, al norte de Jalisco.
Hace 1000 años a.C existió una civilización denominada los guachimontones, una comunidad que habitó en la región de Teuchitlán–también conocido como ‘lugar de la divinidad’— y que se estableció en las faldas del volcán de Tequila. Su nombre deriva de los árboles de guaje ‘montón de guajes’ y, al igual que otras civilizaciones de México, ellos forjaron un papel clave, teniendo a lo largo de su territorio edificios monumentales, centros ceremoniales y pirámides circulares poco comunes, al igual que espacios dedicados para el famoso juego de pelota.
Debido a esta fascinante historia, la nueva edición especial de Tequila 1800 Guachimontón busca rendir homenaje a esta civilización con una botella que destaca tanto en sabor como en su presentación, donde además busca reconocer el dominio del cultivo y el uso de la arcilla, tierra que vio nacer sus pirámides y que hoy en día alimenta a los agaves. Es por ello que en su botella sobresalen relieves que hacen alusión a los monumentos cilíndricos de aquella población y que reflejan los ciclos del tiempo y su color rojo representa la arcilla de los suelos volcánicos.
El Tequila 1800 Guachimontón está elaborado con los agaves de esta tierra de arcilla–cuyo peculiar color proviene de su alto contenido ferroso–. Su proceso de maduración es una combinación de barricas nuevas, de roble americano y barricas que guardan licor de tequila con naranja–que rinden tributo a los antiguos árboles de naranjo que perfumaban Teuchitlán–. Al servirse es posible percibir un color ámbar limpio y brillante y de tonalidades cobrizas. Al ser un tequila añejo envuelve en notas de miel, naranja, vainilla, laurel, tabaco fresco y aromas minerales del suelo arcilloso. Sin duda un sabor extraordinario en donde la excelencia y el arte tequilero está en cada uno de sus detalles.