La oferta gastronómica de Guadalajara es cada vez más amplia y variada, y OCTO es definitivamente uno de los grandes tesoros culinarios de la capital tapatía. Y es que aquí se vive una experiencia envolvente y lúdica que involucra la arquitectura, el arte, la naturaleza y una propuesta gastronómica inspirada en los sabores del mar. Cada uno de sus platos, cócteles, espacios y esculturas —obra de la artista Sofía Crimen— constituye un espectáculo que no solo será perfecto para tomar montones de fotos dignas de Instagram, sino que además construyen una experiencia fresca e innovadora que invita a mirar la vida y la comida desde otro ángulo.
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Lo primero que notarás al llegar a OCTO es su diseño arquitectónico único que construye muros y escaleras a partir de ladrillos octogonales que se repiten una y otra vez como un mantra monocromático que enfatiza en la forma y la textura del material. Este panal de abejas terracota contrasta con el verde de los árboles que conviven dentro del espacio, y en primavera se tiñe de morado con las jacarandas que florean por doquier. Este año, OCTO obtuvo el premio de arquitectura y diseño Prix Versailles, el cual es otorgado por la UNESCO a los proyectos más innovadores y creativos que contribuyen al patrimonio local y que procuran una eficiencia ecológica.
Si crees que el edificio es una joya, espera a probar el menú inspirado en los sabores del mar, que comparte ese espíritu innovador y propositivo que pone el deleite de los sentidos al centro de la experiencia para crear platillos que son un juego y un acierto. Por ejemplo, la tostada de atún marinado con salsas negras —acompañado de puré de aguacate, pepino, cebolla y alioli de habanero, una sinfonía—, o los raviolis hechos en casa rellenos de salmón —servidos en mantequilla verde y con un pan brioche recién horneado—.
Si te gustan los ostiones, no te puedes perder los de OCTO, que llegan a la mesa en la salsa zarandeada perfecta y en la presentación perfecta para pedirlos al centro para compartir. En cuanto a pescados, te recomendamos probar la trucha salmonada con mantequilla de jengibre, acompañada de alcaparrón y coles de bruselas, pues no por nada figura dentro de los especiales del restaurante.
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Los postres son otro ‘must’ de OCTO, así que procura guardar un espacio –grande– para probar los manjares dulces que salen de su cocina. Para cerrar literalmente con broche de oro, tienes que probar el mousse de yuzu –un cítrico asiático muy popular– con bizcocho de bergamoto, gelificación y confit de limón real, chocolate blanco y una lámina de oro. Otro de los postres que te robará el corazón con solo verlo es el hojaldre con crema de café, pues su relleno de praliné de pistache es simplemente perfecto, y el juego de texturas y consistencias, una delicia.
Finalmente, no podemos dejar de mencionar la coctelería creativa de OCTO, pues la propuesta culinaria no termina en los platos y se extiende también hasta los vasos y las copas. Acá todos los tragos son un deleite desde que llegan a la mesa, como la ginebra con extracción natural de fresa, helado de vainilla y una burbuja de humo con notas frutales que se disuelve frente a tus ojos perfumando todo con sus notas dulces. También encontrarás opciones que presentan ingredientes creativos y exóticos, como el cocuixtle, una fruta muy popular en el oeste del país cuyo sabor dulce se conjuga con ron blanco y un toque de piloncillo.