A pesar de que a veces lo olvidamos, el pan dulce es uno de los grandes tesoros de la gastronomía mexicana. Y es que esta delicia pertenece al reino de la vida cotidiana y más que al de los menús de los grandes restaurantes, y no hay desayuno en casa de los abuelos que esté completo sin una concha o una mantecada. Buñuelo es una panadería tradicional mexicana en Reforma que se dedica a investigar y recuperar las recetas más clásicas y asegurarse de ejecutarlas con los mejores ingredientes, de modo que no solo contribuye a preservar una de las grandes tradiciones culinarias de México, sino que también promueve el comercio justo y el consumo local.
Buñuelo nació como un proyecto familiar de los hermanos Ari y Julio González, quienes recuerdan una infancia cálida con aroma a pan dulce. De este sentido de nostalgia y cariño surgió esta panadería tradicional mexicana que hoy abre sus puertas en un local dentro de una pequeña plaza que se abre paso entre los enormes rascacielos y hoteles de Paseo de la Reforma. Pero aunque el lugar podría parecer escondido, los rumores sobre las delicias que se encuentran en el interior son suficiente para guiar a los amantes del pan dulce hasta su puerta.
¿Quieres saber qué puedes encontrar en Buñuelo? Basta con buscar en tu memoria y desempolvar algunos recuerdos de la infancia y mirar en la panera de casa de tus abuelos. Conchas, panqués, garibaldis, orejitas y chocolatines —que si bien no son propiamente mexicanos, definitivamente se han convertido en un pan típico de los desayunos aquí—, y uno de los tesoros que casi nadie recuerda, pero que por nada del mundo se puede perder: el panadero, que a la vista parece una concha, pero está elaborado con masa de pan fino con canela.
Uno de los panes que le trajeron enorme popularidad a esta panadería tradicional mexicana en Reforma fueron sus famosos puerquitos de piloncillo rellenos de helado de vainilla, una creación que lo tiene todo: pan tradicional adaptado a los antojos modernos para crear el sándwich de helado más mexicano de la historia. Por otro lado, durante la temporada de pan de muerto Buñuelo echa a andar toda la maquinaria para hornear los panes más espectaculares pues, además de los panes tradicionales, a partir de una investigación rigurosa se encargan de recuperar otras recetas que se fueron perdiendo con el tiempo, pero que siguen siendo un ‘hit’ de temporada, como el pan de muerto de pulque y anís.
Finalmente, aunque el local de Buñuelo está un poco escondido, esto también significa que se encuentra en un oasis protegido del caos y el ajetreo de Paseo de la Reforma, por lo que si necesitas un respiro, en este refugio puedes sentarte a disfrutar de un pan y un café para acompañar. Te recomendamos pedir el café de olla —preparado en casa desde cero, con base de piloncillo y canela, y aromatizado con clavo y anís estrella— o el cold brew de mazapán —que se prepara con la leche de tu preferencia, un shot de expresso y mazapán—.
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