Hay ocasiones en las que la naturaleza reclama su espacio. Puede ser creando pequeños ecosistemas apenas perceptibles para los seres humanos – de esos que habitan en rocas de bosques o al fondo del mar -, o sepultando ciudades enteras bajo corrientes de lava volcánica. Este último fue el caso de una de las maravillas naturales más sorprendentes de Michoacán, en la que dos de sus poblados quedaron enterrados bajo el origen del volcán Paricutín, resultando en un panorama de ruinas arquitectónicas y paisajes naturales. Si quieres conocer más sobre este increíble destino de Michoacán, sigue leyendo.
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El Paricutín es considerado como el volcán más joven del mundo y el único cuyo nacimiento ha sido presenciado por los seres humanos. Originado el 20 de febrero de 1943 entre el ex-poblado de San Juan Parangaricutiro y el poblado de Angahuan, es uno de los volcanes inactivos de México que definitivamente vale la pena visitar por sus asombrosos paisajes y vestigios arquitectónicos.
Cuenta la leyenda que en el día del surgimiento del volcán Paricutín, Don Dionisio Pulido se encontraba labrando la tierra cercana al pueblo de Parangaricutiro; fue repentinamente que el suelo comenzó a temblar y agrietarse, emanando un vapor espeso y lanzando piedras con gran estruendo. Asustado, Don Dionisio corrió a avisar al resto de la población para su evacuarla y, después de una semana de lo que parecería una terrible escena apocalíptica, fue visible un enorme volcán de 150 metros de altura.
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Actualmente, el Paricutín mide 424 metros y se rodea del campo volcánico Michoacán – Guanajuato. Su origen no dejó víctima alguna, pero sepultó en su totalidad al poblado de Paricutín – del cual tomó su nombre – y parte de lo que hoy se conoce como Nuevo San Juan Parangaricutiro. De éste último sobrevivieron únicamente las ruinas del Templo de San Juan Viejo, entremezcladas con la lava seca que las cubre y ofreciendo un espectacular panorama natural.
Para llegar a los vestigios del Paricutín es necesario tomar el camino desde Nuevo San Juan Parangaricutiro y, una vez cruzando el Centro Ecoturístico Pantzingo, llegarás a una hermosa vista de lava volcánica y riqueza biológica; a su entrada encontrarás variedad de servicios turísticos de exploración al volcán y una exquisita oferta de gastronomía local. Ya sea que decidas subir hasta sus ruinas a pie o en un recorrido a caballo, disfrutarás de una experiencia inolvidable con la que conocerás un poco más sobre la historia de Michoacán.