Hay pueblos que destacan por estar rodeados de belleza natural o por tener Centros Históricos impresionantes, pero hay otros que, aunque no parezcan tener algo fuera de lo común, logran destacar gracias a la creatividad de sus habitantes. Ese es el caso de Etzatlán, un pequeño pueblo en la Región Valles de Jalisco, a solo una hora y media de Guadalajara que en 2019 rompió el Récord Guinness por tener el pabellón, o ‘cielo tejido’, más grande del mundo. Con una longitud de 8,000 metros cuadrados de rafia, hechos a mano con la técnica de crochet y formando hexágonos que se entrelazan. Es decir, un pueblo que tienes que conocer por tener la artesanía más grande del mundo colgada sobre toda la ciudad.
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Etzatlán y su cielo tejido más grande del mundo
El Proyecto del Cielo Tejido comenzó en 2017, cuando María Concepción Siordia y su hija Damiana Lorena decidieron hacer carpetas de rafia en honor al Señor de la Misericordia. Junto con otras mujeres de la comunidad, empezaron a soñar con algo más grande: una carpeta gigante para adornar el centro del pueblo. Así fue como 200 artesanas se unieron al proyecto, que tomó ocho meses de trabajo. Una vez terminada, la pieza se colgó a 3.74 metros de altura, en forma de cruz, en el corazón del Centro Histórico, extendiéndose hacia las principales calles del municipio. Montarlo puede tomar hasta 16 horas, pero el esfuerzo vale totalmente la pena por lo impresionante que se ve, con su combinación de colores vibrantes. El cielo tejido se coloca durante el Carnaval y las Fiestas Patronales, que se celebran en febrero y octubre, llenando de color y tradición todo el pueblo.
Descubre los otros encantos de Etzatlán
Cuando visites Etzatlán, además de quedarte asombrado con su cielo tejido, aprovecha para recorrer su plaza principal, donde se encuentra lo que dicen es el primer kiosco de Jalisco, construido en 1922. Justo ahí está la Parroquia de la Purísima Concepción, una iglesia de 1527 con un característico color amarillo que la hace muy llamativa, y al lado se encuentra el Santuario de Guadalupe, de cantera rosa. Cerca del centro está la Casa de la Cultura, una hermosa casona antigua que alberga el Museo Oaxicar, con piezas arqueológicas de la región y una réplica de la tumba de Tiro, una cámara subterránea que es la más alta registrada hasta el momento. Para comer, puedes ir al Mercado Municipal, donde te esperan tacos de birria, gorditas doradas, jugos y otros antojitos como sus tradicionales nieves de garrafa. Y si prefieres algo más tranquilo, en los Portales hay varios restaurantes.
Otros sitios imperdibles de Etzatlán
Al norte del municipio se encuentra la Histórica Estación de Tren, inaugurada a finales de los 1800, durante el auge minero de Etzatlán. Se conserva en excelentes condiciones y alberga el Museo de la Minería, donde puedes conocer cómo el pueblo fue uno de los grandes imperios mineros de la región. A pocos kilómetros de ahí está El Amparo, un pueblo semi fantasma fundado en 1933 por una compañía minera que vivió su época dorada a principios del siglo XX, El Amparo fue desmantelado en 1939, dejando el pueblo casi abandonado. Aún puedes ver el kiosco de la plaza principal, visitar su templo que sigue en funcionamiento y explorar las ruinas de la antigua fábrica. También está el Mirador Cruz de Quezada, ubicado en el Cerro de Quezada, al que se llega después de una caminata de 30 minutos y te recompensa con una vista panorámica increíble del Etzatlán. Si lo tuyo es disfrutar de la naturaleza, la Laguna Palo Verde es otro lugar obligado. Es una de las más importantes para la agricultura de la región, y alrededor encontrarás varios restaurantes de mariscos donde puedes pasar la tarde disfrutando de una vista tranquila y relajante de la laguna.
¡No te pierdas esta maravilla de la creatividad humana en Jalisco!