¿Qué hizo que un pueblo mexicano fuera el favorito de los extranjeros en el siglo XIX? La respuesta no es tan difícil: minas llenas de oro. Y el Pueblo Mágico de El Oro tenía mucho, como ya podrás adivinar por su nombre. Llamado oficialmente El Oro de Hidalgo, este pintoresco lugar rodeado de bosques de pino y oyamel destaca por su rica historia minera, que en su momento atrajo a varias compañías extranjeras, sobre todo inglesas, cuya influencia europea todavía puede verse, especialmente en su arquitectura. Este pueblito se ubica en la zona montañosa del Estado de México, muy cerca de los límites con Michoacán y a solo dos horas y media de la CDMX. Por su altura sobre el nivel del mar, tiene un clima fresco y revitalizante, perfecto para recorrer sus paisajes boscosos, descubrir su pasado minero y disfrutar de su arquitectura singular. Es un destino con carácter, historia y una belleza única.


Te puede interesar: Los Amiales: el paraíso de aguas cristalinas y tranquilas que muy pocos conocen
Cuando el Pueblo Mágico de El Oro fue una potencia minera mundial
Los yacimientos minerales del Pueblo Mágico de El Oro fueron descubiertos desde el siglo XVII, pero fue hasta finales del XIX y principios del XX cuando alcanzaron su máximo esplendor. En esa época, El Oro –junto con Tlalpujahua, en el estado vecino–, fue una de las provincias mineras más prósperas y productivas del país, e incluso llegó a ser considerada la segunda más rica del mundo, solo detrás de Transvaal, en África. La bonanza se debió a la intensa extracción de oro y otros minerales en minas como La Esperanza, El Consuelo y La Providencia. Esta actividad atrajo inversión y presencia extranjera, especialmente inglesa, que dejó una huella visible en su arquitectura, con estilos como el Art Nouveau y el neoclásico. Aunque la fiebre del oro ya pasó, el pueblo conserva su esencia y sigue siendo un testimonio vivo de aquella época dorada.


Qué ver en El Oro si te interesa su historia minera
Como te imaginarás, los principales atractivos del Pueblo Mágico de El Oro giran en torno a su historia minera. Cuando visites el pueblo, no te puedes perder el Museo de la Minería, donde se exhiben herramientas, maquinaria, ropa de trabajo y una colección de fotografías de la época de bonanza, además de muestras de los minerales que se extraían. También puedes recorrer el Socavón de San Juan, un túnel de unos 300 metros que se adentra en una mina real. La visita es guiada y permite experimentar cómo era trabajar bajo tierra y conocer más sobre este oficio. Otro sitio imperdible es el Tiro Norte, una enorme estructura de madera que se usaba para extraer el mineral. Es la única de su tipo que sigue en pie en todo México y ahora sirve como mirador con vistas panorámicas del pueblo. Para cerrar la ruta minera, vale la pena visitar la Antigua Estación del Ferrocarril, construida en tiempos del Porfiriato. Durante el auge minero, fue clave para el transporte de mercancías y pasajeros.


Más allá de las minas: arte, arquitectura y naturaleza en El Oro
Como ya mencionábamos, otra parte del encanto de El Oro está en su arquitectura de influencia europea, visible en sus calles y su plaza central. Ahí se levanta el Palacio Municipal, un edificio emblemático de principios del siglo XX con una fachada ecléctica y detalles Art Nouveau en su interior. En su pórtico se puede admirar el mural El Génesis Minero, de Manuel D’Rugama, que retrata la vida cotidiana durante la época de esplendor minero. Otro sitio imperdible es el Teatro Juárez, inaugurado en 1907, con una arquitectura espectacular y una decoración que incluye motivos vegetales dorados y salones de madera tallada que, en su tiempo, recibieron a artistas de primer nivel. Y si lo tuyo es estar al aire libre, no te puedes perder la Presa Brockman, un bello cuerpo de agua rodeado de pinos y cedros. A su alrededor hay fincas, balnearios, restaurantes y muchas opciones para pasear en lancha, pescar, hacer senderismo o recorrer en bici sus tranquilas orillas. Como ves, El Oro no solo tiene historia, también tiene paisajes, arquitectura y una atmósfera única que lo hacen perfecto para una escapada de fin de semana.



¡Viaja, disfruta y comparte!