A solo unos kilómetros del ritmo acelerado de Monterrey, hay un lugar donde el paisaje cambia, el tiempo se toma con calma y la naturaleza se roba la escena: Santiago, el primer Pueblo Mágico de Nuevo León, declarado así en 2006. Aunque está a solo 30 minutos en coche desde la capital del estado, ofrece lo que ahí escasea: tranquilidad, aire limpio, ríos, cascadas, montañas y paisajes espectaculares de la Sierra Madre Oriental, ideales para desconectarse sin alejarse demasiado. Este rincón es una joya colonial y también un refugio para quienes buscan combinar la calma de un pueblo con el encanto de la aventura al aire libre. Si ya te dieron ganas de ir, sigue leyendo porque aquí te contamos todo lo que puedes ver y hacer en este rinconcito norteño.


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Qué ver en Santiago
Al llegar al Pueblo Mágico de Santiago, puedes comenzar con un paseo por su centro histórico, que conserva todo el encanto de su pasado colonial. La plaza principal tiene un ambiente relajado y pintoresco, perfecto para caminar sin prisa y tomarte un helado. No dejes de visitar el Templo de Santiago Apóstol, construido en 1745, con su estilo barroco y torres desiguales que lo hacen único. Muy cerca está el Museo de Historia de Santiago, ubicado en el antiguo palacio municipal, donde puedes conocer más sobre los orígenes del pueblo y ver desde objetos antiguos hasta réplicas de esqueletos de dinosaurios. Otra parada interesante es la Casa de la Cultura, que alberga exposiciones, talleres y eventos artísticos durante todo el año. Y si quieres llevarte algo típico, date una vuelta por Los Cavazos, una zona famosa por sus artesanías y productos locales. A la hora de comer, encontrarás varias opciones cerca de la plaza para probar delicias típicas como el machacado con huevo, el turco, –un platillo relleno de carne, pasas y nuez picada–, gorditas de manteca, asados de carne y, de postre, el famoso pan de elote o las glorias.


La Cascada Cola de Caballo: el ícono natural del Pueblo Mágico de Santiago
Uno de los imperdibles del Pueblo Mágico de Santiago es la Cascada Cola de Caballo, sin duda su atractivo más icónico, y una de las más famosas de México. Se encuentra dentro del Parque Cola de Caballo y tiene una caída de 27 metros de altura, en medio de un entorno natural espectacular sobre la Sierra Madre Oriental. Para llegar hasta ella hay que hacer una caminata de 500 metros entre arroyos de agua cristalina, y al final te espera la imponente caída de agua que justifica totalmente el paseo. Aquí también puedes lanzarte desde un bungee si te gusta la adrenalina, cruzar puentes colgantes o deslizarte en tirolesa. Y si prefieres algo más relajado, hay paseos a caballo o en carreta, además de varios puestos con artesanías y antojitos para recargar energía con vistas al bosque.


Todo lo que puedes hacer en Santiago, Nuevo León
Pero eso no es todo lo que este Pueblo Mágico tiene para ofrecer. También puedes visitar la Presa La Boca, un embalse rodeado de montañas donde se puede andar en catamarán, subirte al famoso ‘chalancito’, o aventurarte a los deportes acuáticos como motos de agua. También hay un malecón recién renovado perfecto para caminar. Y si lo tuyo es el contacto directo con la naturaleza, Santiago es la puerta de entrada al Parque Nacional Cumbres de Monterrey, una de las áreas naturales protegidas más grandes del país. Ahí te esperan experiencias como el cañonismo en Matacanes, Chipitín o Hidrofobia, todos con cuevas, ríos, pozas turquesa y vistas inolvidables. También puedes visitar la Cueva de los Murciélagos, para ver cómo salen en masa al atardecer, o relajarte en las aguas termales del Parque El Bañito. Como ves, Santiago es un lugar ideal donde puedes desconectarte, vivir la aventura o simplemente cambiar de paisaje.


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