Aceptémoslo, tenemos una debilidad por los pueblitos coloniales con casitas blancas, tejados rojos y callecitas empedradas. Seguramente piensas en Taxco, Guerrero, o Tapalpa, Jalisco cuando buscas lugares con estas características. Pero resulta que hay otro rincón igual de bonito pero con virtudes únicas en Tabasco. Se llama Tapijulapa y está a solo dos horas de Villahermosa. Además del encanto que provoca pasear por sus calles, este pueblito en la sierra está rodeado de montañas, ríos, cascadas y reservas ecológicas. Aquí te contamos todo lo que puedes encontrar en uno de los Pueblos Mágicos menos conocidos de Tabasco, pero con un encanto sin igual.
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¿Qué ver en Tapijulapa?
Si empiezas tu recorrido en la plaza principal de Tapijulapa, podrás conocer la Iglesia de Santo Domingo, un antiguo convento franciscano que, además, alberga el Museo de la Sierra donde podrás conocer la historia de la zona y del propio recinto. Luego, te recomendamos subir al Templo de Santiago Apóstol, una iglesia del siglo XVII que está en el punto más alto del pueblo. Desde allí, disfrutarás de vistas panorámicas increíbles, tanto de las callecitas pintorescas como de los cerros que lo rodean. Al bajar, no puedes perderte los talleres de los artesanos locales, donde trabajan la raíz de matusay, una fibra natural parecida al mimbre. De hecho, es el único lugar en México donde la trabajan con tanta destreza. Ahí podrás ver cómo tejen de todo: sillas, mesas, camas, cualquier mueble que la creatividad del artesano imagine. Por supuesto, no puedes irte de Tapijulapa sin llevarte algo hecho de matusay.
Tesoros gastronómicos en Tapijulapa
Otra gran virtud de Tapijulapa es su gastronomía, así que al visitarlo estás casi obligado a probar sus platillos locales. Comienza con el mone, un guiso de cerdo o pescado con plátano macho, cilantro, chile y tomate, envuelto en hoja santa. También está el pishul, una tortilla gigante también conocida como ‘la pizza tabasqueña’ o la versión local de la tlayuda. Que no se te vayan los pushianes, tamales de masa suave con chipilín, y solo en temporada podrías encontrar los caracoles de arroyo en salsa verde. Además, no te puedes perder las castañas cocidas; Tapijulapa es uno de los pocos lugares en México donde se cultivan y se consumen. Para refrescarte, prueba el agua de matalí, una bebida rosada hecha con una planta originaria de Tabasco y Chiapas.
¿Qué hacer en Tapijulapa, uno de los Pueblos Mágicos poco conocidos?
Cómo ya decíamos, este pueblito enclavado en la sierra tabasqueña está rodeado de belleza natural, empezando por los dos ríos que lo flanquean: el Oxolotán y el Amatán. Una visita a sus aguas verdosas es casi obligada. Otro lugar es el Parque Natural Villa Luz, famoso por sus cascadas que forman pequeños arroyos y jacuzzis naturales. Además, en este parque está la Casa-Museo Tomás Garrido, donde podrás ver piezas arqueológicas y artesanías locales. Otro lugar que vale la pena visitar es el Jardín Botánico de Dios, un hermoso jardín de 14 hectáreas con más de 300 plantas medicinales, especies endémicas y tropicales, muchas de las cuales tienen usos culinarios y propiedades curativas. Si lo deseas, puedes disfrutar de un masaje o una consulta con los expertos herbolarios para irte relajado en cuerpo y mente. Otros imprescindibles es la Reserva Ecológica de Kolem Jaá y las Grutas de Coconá, una maravilla natural subterránea donde puedes explorar la increíble geología del lugar. Hay demasiado qué descubrir y con qué maravillarse en Tapijulapa, uno de los pueblos mágicos poco conocidos de Tabasco pero sumamente alucinantes.
¡Un pueblito que debes conocer este año!