Enclavado en el escarpado paisaje montañoso del estado de Zacatecas, en medio del desierto del Gran Tunal, se alza Pinos, un encantador Pueblo Mágico que destaca a la distancia por sus chimeneas y los muros de piedra de sus edificios. Este pueblo que pareciera perdido en medio de las montañas se fundó en 1594, bajo el nombre de ‘Real de Nuestra Señora de la Sierra de Pinos’, y fue uno de los principales bastiones mineros del célebre Camino Real Tierra Adentro. Este pueblo minero en Zacatecas continúa atrayendo y recibiendo a sus visitantes con sus calles empedradas, a lo largo de las cuales se van descubriendo los grandes edificios de la época del apogeo del oro y la plata. A las afueras es posible encontrar haciendas con una herencia minera reconvertida, donde hoy en día se produce un excelente mezcal que vale la pena probar.
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Este pueblo minero en Zacatecas es en realidad pequeñísimo, y muchos de sus atractivos se encuentran en el Centro. Por ejemplo, la parroquia de San Matías —donde se venera al santo patrón del pueblo, cuyas fiestas se celebran en la segunda quincena de febrero, con música folklórica y una gran feria—, el Jardín Juárez, el Convento de San Francisco y la Torre del Reloj. Asimismo, vale la pena darse una visita por el Museo de Arte Sacro, el cual se encuentra en el sótano de la Parroquia de San Matías, donde se resguardan algunas piezas de carácter religioso que dan fe del esplendor minero de Pinos.
Otro de los pilares de la identidad de este pueblo minero son sus artesanías. Sin embargo, contrario a lo que podría pensarse, no es la orfebrería, sino la alfarería, la que dicta la tradición artesana de Pinos. En el Barrio de la Cuadrilla es posible encontrar algunos talleres de barro en los que se moldean ollas, macetas, cazuelas, jarros y vajillas. Uno de los talleres más destacados y en los que aún se trabaja bajo las prácticas más ancestrales es el del Maestro Francisco Lara, quien desde los 14 años aprendió el oficio, y desde entonces se ha dedicado a esta práctica.
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Por supuesto, mucho del esplendor de este pueblo minero en Zacatecas se vivió no solo en el centro del poblado, sino en las grandes haciendas que se construyeron a las afueras. Sin embargo, muchas de estas propiedades no se limitaron a la extracción de metales preciosos. De hecho, Pinos fue también testigo de la construcción de la primera fábrica de mezcal en Zacatecas, en la Hacienda La Pendencia, la cual está abierta al público. Desde hace más de 400 años, en este lugar se han utilizado las mismas técnicas y procesos para producir un mezcal que hasta el día de hoy es un elemento fundamental dentro de la gastronomía zacatecana.
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