Aunque la CDMX está rodeada de montañas, la vida citadina es bastante envolvente. Podemos olvidar que tenemos hermosos paisajes a nuestro alrededor y nos perdemos de vistas y experiencias espectaculares. La zona centro del país está llena de estos escenarios montañosos, y los estados colindantes a la capital tienen mucho que ofrecer en ese sentido. Aunque la lista es larga, hoy solo traemos 3 pueblos en las montañas que se encuentran a menos de 3 horas de la CDMX. Cualquiera de estos lugares es ideal para escaparte un fin de semana, ¡Arma ya tu maleta!


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Malinalco, Estado de México
Comenzando con un estado colindante, este pueblo mágico se encuentra a aproximadamente 1 hora 45 minutos de la CDMX. Sus calles empedradas y arquitectura colonial son solo una parte del encanto de Malinalco. Este pueblo en el Estado de México está lleno de historia y paisajes naturales en donde podrás aventurarte en sus numerosas actividades ecoturísticas. Aquí se encuentra la Zona Arqueológica de Cuauhtinchan, que alberga un centro ceremonial en donde se graduaban los guerreros águila y jaguar. Si quieres ver un poco más de historia, visita el Ex Convento Agustino y Parroquia del Divino Salvador. Dentro de esta edificación del siglo XVI se encuentran murales que muestran la riqueza de la biodiversidad de la región.

Para conocer más de su ecosistema en persona, quédate un fin de semana en alguna de sus cabañas en el bosque o aventúrate a hacer un poco de ecoturismo en la zona. Tienen desde caminatas por los miradores naturales de las montañas y paseos a caballo o cuatrimoto, hasta cañonismo o rappel. Si buscas algo diferente, aquí cuentan con varios centros holísticos que se dedican a ofrecer servicios curativos y relajantes como temazcales, yoga, meditación y masajes. Y no te vayas a ir de este pueblo sin probar su gastronomía. Visita su mercado tradicional en donde comerás una nieve, una trucha o un pan en horno de leña; o bien, bebe un poco de mezcal en la Ruta del Mezcal de Malinalco.

Mineral del Chico, Hidalgo
Cuando de pueblos mágicos se trata, Hidalgo está lleno de joyas, y ésta se encuentra a 2 horas de la CDMX. Este municipio en el Corredor de la Montaña Hidalguense cuenta con una gran cantidad de actividades ecoturísticas, deportivas y de entretenimiento para todos los gustos. Se trata de Mineral del Chico, un pueblo mágico de origen minero rodeado de montañas y bosques. Visita alguno de sus parques recreativos como Parque Nacional El Chico, presa El Cedral, Parque Recreativo Carboneras o quédate a acampar en Dos Aguas o Los Conejos; todos llenos de actividades para todos los niveles de aventura. Para algo tranquilo cuentan con áreas de campismo, la pesca deportiva, senderismo o un paseo en lancha. Pero si buscas algo más movido, ve por el ciclismo de montaña, la escalada en roca o el circuito de tirolesas de 1,400 metros de extensión.

Disfruta de la tranquilidad de este pueblo en las montañas de Hidalgo quedándote en alguna cabaña y paseando por su centro, donde entre la niebla encontrarás casonas de techados rojos y fachadas multicolores. Prueba su gastronomía local como los tradicionales pastes o la hamburguesa de trucha. No olvides explorar el pasado minero de este lugar. Haz un recorrido guiado por la Mina San Antonio o la Mina La Guadalupe, y complementa el paseo con una caminata nocturna donde los guías te contarán historias sobre la minería, así como leyendas de brujas y duendes.

Xochitlán, Puebla
Disfruta de un tranquilo y pintoresco pueblo rodeado de bosques y montañas en la Sierra Norte de Puebla, Xochitlán de Vicente Suárez. Sus casas con tejado de madera y sus calles con escalinatas y desniveles le brindan un encanto lleno de tranquilidad y color. En este pueblo encontrarás construcciones del siglo XVII y de principios del siglo XX, miradores, pozas y grutas. En el centro podrás visitar el Templo Parroquial de San Bartolomé, el Centro Cultural Vicente Suárez —donde se dice que vivió el cadete— y la Ex Hacienda de Santa Elena —una antigua hacienda cafetalera—. El café es parte en la historia del pueblo, por eso es que no te puedes ir sin probar una buena taza de éste o de las bebidas de raíz de yuca o de los vinos de frutas de la zona, como guayaba, naranja, ciruela y tejocote.

Si eres fan de las aventuras, entra a explorar la gruta junto a la Ex Hacienda y disfruta de la frescura y el sonido del agua del río subterráneo. Aunque si quieres hacer algo más movido, recorre los caminos boscosos de las montañas que llegan al Balcón del Diablo, un mirador a 400 metros de altura; refréscate en La Poza Verde que es alimentada por una pequeña cascada de aguas cristalinas color esmeralda; o bien, visita la Gruta de Ateno donde encontrarás las pruebas del paso del tiempo en las estalactitas y estalagmitas y el «cenote escondido», un cuerpo de agua que desemboca del río Ateno con color turquesa.

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