A tan solo 2 horas de la CDMX se encuentra y colinda Querétaro, una ciudad colonia y uno de los estados más bonitos y diversos de la república mexicana que también es considerado como uno de los destinos turísticos por excelencia, gracias a su escena contemporánea y cosmopolita, así como al aura de su pasado vibrante lleno de historia y tradición. Un vivo reflejo de su Centro Histórico, Bernal, su Pueblo Mágico, islas y cuevas secretas, sus famosos arcos–cuya leyenda es fascinante–, y, por supuesto, sus diversas rutas de vino y queso.
Desde el corazón de Querétaro, su Centro Histórico se navega entre su pasado, un vivo reflejo de su antigua ciudad colonial que fue fundada el 15 de julio de 1532 como parte del régimen y la llegada de la Nueva España, que se situó aquí por su privilegiada ubicación que le permitía tomar suministros de las minas de su alrededor. Además, este sitio es la cuna de la Independencia de México, un acontecimiento histórico que cada año se celebra por lo alto aquí y en todo nuestro país.
Pero, además de eso, Querétaro, es una ciudad colonial que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO debido a su impresionante colección de edificios que datan desde hace cientos de años y otros rinconcitos históricos que vale la pena conocer para apreciar su belleza arquitectónica y conocer un poco de la historia de este destino. Como por ejemplo la Plaza de Armas también conocida como la Plaza de la Independencia, el Palacio de Gobierno del Estado, el Templo de Francisco de Asís, la antigua Estación de Ferrocarril, el Teatro de la República y a sus alrededores hermosas casonas que datan del siglo XVII.
Sin olvidarnos de sus Arcos–el acueducto más importante de la zona–, y una de las construcciones más representativas de todo Querétaro, una ciudad colonial que, además de su peculiar arquitectura, existe una leyenda en torno a ella. Pues se dice que esta formación representa el amor entre un marqués y una monja capuchina. En la actualidad existen un sinfín de opciones para descubrir su encanto, siendo la gastronomía una cualidad primordial. Uno de los spots para cenar y a su vez tener una de las vistas más bonitas de la ciudad es Ziracco, una terraza de cocina italiana. O bien De la tierra, un restaurante donde es posible deleitarse de una cocina local e ingredientes de temporada.
Por último, no existe mejor manera de descubrir un destino que hacerlo por cuenta propia, es decir, caminar por sus calles empedradas no solo hará que el aura se torna mágica y llena de misterio, sino que permitirá gozar más la estadía, yendo de un lado a otro, posándose en la historia de sus edificios y, por supuesto degustando antojitos mexicanos como sus gorditas de migajas, pacholas, lenguas mechadas y sus sopas y enchiladas queretanas. Todos deliciosos platillos y de fácil preparación que sí o sí se deben probar para descubrir Querétaro, una ciudad colonial como nunca antes.