Ubicado en las costas del Golfo de México, bañado por las aguas del río Papaloapan, Tlacotalpan es un pequeño pueblo en Veracruz cuya pintoresca belleza arquitectónica y su historia rebosante le han merecido el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO. Sus calles románticas llenas de color han sido un punto de encuentro entre distintas culturas, especialmente personas nativas de Mesoamérica, españolas y otras más del centro de África. Aquí la música jarocha se respira en el aire —dentro de los personajes ilustres que vio nacer se encuentra ningún otro que Agustín Lara—, y las fiestas de la Candelaria se extienden por días. Sin duda, este destino mágico merece una visita, aquí te contamos por qué.
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Se sabe que ya desde el siglo XII Tlacotalpan pertenecía al territorio Totonaca, tras lo cual se convertiría en un bastión Tolteca durante un par de siglos; el arraigo de las comunidades indígenas continuó persistente incluso después de la llegada de los españoles. Para el siglo XVII, este pueblo en Veracruz se había convertido en una importante ciudad de haciendas y manufactura de barcos, lo cual atrajo la mirada de los piratas, quienes eventualmente incendiaron la ciudad. Esta fue la primera de varias tragedias que azotarían el poblado, incluyendo el desbordamiento del río Papaloapan y un segundo incendio tras el cual se instauraron nuevos protocolos de construcción que dieron lugar a los edificios de mampostería que hoy conforman el pueblo (y de los cuales más de 600 están catalogados como bienes patrimoniales).
Cada año, en este pueblo en Veracruz se celebra el Festival Anual de Música Jarocha, donde se mezclan los ritmos andaluces, africanos y mesoamericanos y el género se conserva y se reinventa generación tras generación. Otra de las festividades más importantes en Tlacotalpan es la Fiesta de la Candelaria, que hoy en día contempla presentaciones musicales, encuentros de jaraneros y decimistas, fandango, concursos de artesanías y ciclos de cine.
El resto del año, puedes iniciar tu recorrido por Tlacotalpan en la Plaza Zaragoza, un espacio con banquetas de mármol alrededor de la cual se acomodan la Parroquia de San Cristóbal, la Capilla de Nuestra Señora de la Candelaria —cuya cúpula de piedra de coral te robará el aliento—, el Palacio Municipal y la plazuela Agustín Lara. Este espacio es perfecto para entrar en ambiente con el sonido de las jaranas y las marimbas mientras disfrutas de un helado para contrarrestar el clima cálido.
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Después puedes dirigirte al Museo Salvador Ferrando, donde se exhibe la obra de artistas regionales. Por otro lado, para encontrar las mejores artesanías de madera y encaje, típicas de este pueblo en Veracruz, te recomendamos dirigirte a la Casa Rafaela Murilla. Más adelante, puedes visitar la Casa de Cultura Agustín Lara, donde abundan las clases que buscan preservar las tradiciones y el legado cultural de Tlacotalpan, como el baile regional y otras expresiones musicales.
A pesar de que este pueblo en Veracruz no tiene salida directa al mar, ninguna visita a este sitio a las orillas del río Papaloapan estaría completa sin una caminata por el malecón, desde donde se pueden ver las lanchas de los pescadores que salen a altamar ya sea con sus cañas, o con viajeros deseosos de admirar Tlacotalpan desde otro ángulo.
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