Existen pocos lugares en la Ciudad de México que logran ofrecer a sus comensales una experiencia gastronómica completa, aquella en donde se cumplen a la perfección todos los aspectos necesarios para denominarla de «excelencia».
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En Food and Pleasure, podemos afirmar que uno de estos sitios es Wine & Roses, un refugio culinario ubicado en Park Plaza de Santa Fe que no solo cuenta con alrededor de 250 etiquetas de vinos para el disfrute de sus visitantes, sino que atesora un menú de comida vasco-mexicana creada por el Chef Ejecutivo Fernando Zavala y el afamado Chef vasco Bruno Oteiza, quienes a través de platillos innovadores, logran superar toda expectativa con opciones que sencillamente conquistan todos los sentidos del comensal.
¿Por dónde empezar cuando se trata de Wine & Roses?
Podríamos comenzar a hablar de sus instalaciones de vanguardia con amplias terrazas privadas, confortables sillones y mobiliario, quizá de su maravillosa cava que permite ver el interior a través de vidrios de cristal, o probablemente sería bueno comenzar por su tienda gourmet con opciones de regalos para toda la familia; como vajillas, kits de mixología y etiquetas Premium como un Vega Sicilia, para darle gusto a los paladares más exigentes. Pero en realidad, es imposible decidir por dónde comienza la experiencia Wine & Roses.
Vino
Después de mucho reflexionarlo, decidimos hablarles primero de la bebida protagonista del lugar y misma que inspira su nombre: el vino. Este elixir milenario es la esencia que rige el espacio entero con una cava minuciosamente seleccionada y un concepto único denominado «Wine Station», a través del cual los comensales tienen la posibilidad de elegir entre 54 etiquetas diferentes. Entre blancos, rosados, tintos, oporto, champagne y cava que cambian una vez al mes, todas las alternativas se encuentran disponibles ‘por copeo’ en tres distintas opciones de dosificación: taste, media copa o copa completa. Lo anterior con el objetivo de que los visitantes de Wine & Roses puedan elegir diferentes tipos de vino para maridar con cada uno de sus platillos.
Además, este restaurante cuenta con sommeliers altamente capacitados que ofrecen asesoramiento para la selección de los vinos. De esta forma, los comensales sabrán qué botella resulta la mancuerna perfecta para cada opción de la carta, además de que dependiendo del gusto particular de cada cliente, lo ayudarán a elegir una alternativa que lo dejará muy satisfecho.
Oferta culinaria
Ahora pasemos al tema del que más nos apasiona hablar: la comida. En Wine & Roses ofrecen la opción de ordenar diferentes platillos a la carta, aunque nosotros aconsejamos que al ir ahí definitivamente optes por el menú degustación, el cual se renueva cada 15 días para poder ofrecerte grandes sorpresas en cada una de tus visitas.
Nuestra experiencia comenzó con dos piezas de pan recién horneado: una chapata de semillas de girasol y un pan campesino con frutos rojos, ambos acompañados con mantequilla de la casa que cambia cada dos días, una de ellas siempre es natural y la otra varía entre opciones como chipotle, huitlacoche y chocolate con trufa.
El primer plato del menú degustación consistió en un «Árbol de la vida», una entrada que destacó no solo por su gran sabor, sino por su belleza y originalidad. Entre las ramas de dicho árbol, se encontraban ocultas unas croquetas de jamón serrano, una entrada de plátano frito con bacalao y un bocadillo de tocino con chabacano. Todas con un sabor extraordinario y la característica compartida de que su exterior era crujiente y su interior resultaba suave para el paladar.
Al poco tiempo llegó a nuestra mesa un ceviche verde con pesca del día, langosta, pepino, manzana y jícama, el cual servían con unas tostadas de maíz artesanales como acompañamiento. La fusión de sabores salados, dulces y ácidos con texturas diferentes y mucha frescura fue lo que más nos sorprendió de este plato, el cual consideramos uno de los mejores ceviches que hemos comido en la Ciudad de México por su originalidad y sabor.
El tercer plato de nuestra degustación fue un atún afrutado, el cual consistía en una combinación de mango, vinagreta de manzana, chile serrano y un brillante caviar de soya que liberaba un sabor inesperado en cada bocado. Todo parecía flotar en perfecta sincronía, y para este platillo la sommelier Jessica Loana, nos deleitó con un vino blanco Txakoli de Bodegas Gorka Izagirre, el maridaje perfecto por su tendencia fresca y aromática con notas cítricas y florales.
Después de haber finalizado el manjar anterior, nuestro amable mesero nos presentó una de las estrellas del lugar: la crema de habanero servida dentro de pan campesino y acompañada de mantequilla de limón y chips de papa. Para este platillo, Jessica sugirió un maridaje con el vino blanco Las 3CES de Chozas Carrascal. El resultado fue impecable, pues la textura suave de la crema, sus acentos picantes y la textura de la papa fueron el mejor compañero de las notas a flores, cítricos y frutas tropicales del vino.
Pensábamos que nuestra experiencia no podía mejorar aún más cuando nos sorprendieron con unas empanadas de camote rellenas de langosta y servidas sobre una cama de puré de setas y coliflor, el cual se maridó con un Chenin Blanc Reserva Herni Lurton. Una vez más, su impresionante sabor fue solo el principio, pues sus texturas aterciopeladas con un toque crujiente nos maravillaron.
Para el penúltimo plato de nuestra degustación, nos ofrecieron un Short Rib con café y almendras que se deshacía sin necesidad de utilizar el cuchillo. Su textura melosa e intenso sabor no podían haberse maridado mejor que con uno de nuestros vinos favoritos: un Camins del Priorat que ya es un favorito de Food and Pleasure, pues viene de una de nuestras regiones vinícolas favoritas: la Comarca del Priorato en Cataluña. Si quieres sabes más sobre este tema que nos apasiona da click aquí.
Para el postre, el amable personal de Wine & Roses nos ofreció un caviar de café y helado de vainilla bañado con leche evaporada, Bailey’s y Kahlúa. Para esta opción preferimos no ordenar ningún vino de postre, pues el plato en sí ya se sirve con alcohol. Este final podría describirse como una nueva interpretación del famoso carajillo, por lo que es un must para los fanáticos de este trago que desean ir más allá en su experiencia culinaria. ¡Simplemente brillante!
Hay ocasiones en las que asistimos a un restaurante y en cierto punto de nuestra comida logramos alcanzar un clímax, pero debemos confesar que en Wine & Roses esto no ocurrió. ¿La razón? Absolutamente TODO lo que probamos jamás descendió de la cima, el clímax duró durante toda nuestra visita.
Ambiente acogedor, servicio excepcional, amplia oferta de vinos, tienda gourmet y gastronomía innovadora, propositiva, espectacular en aromas, texturas y sabores, es solo una breve forma de describir este espacio destinado a construir una experiencia culinaria que va más allá de todo límite.
¡Coman, disfruten y compartan!
Wine & Roses
Dirección: Park Plaza Torre 2, Av. Javier Barros Sierra 540, Sante Fe.
Teléfono: 5257-5959
Sitio web: wine-roses.mx
