Además de considerarse como maravillas naturales de belleza mística, los cenotes son también lugares sagrados para la cosmogonía maya, ya que se creía fungían como puertas al inframundo espiritual. La mayoría de ellos se ubican al sur de México, y en el estado de Yucatán existe uno de los más especiales, ya que alberga una pequeña isla en su interior, resultando en un verdadero espectáculo de la naturaleza. Aquí te contamos más para que lo visites.
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Yucatán es uno de los estados más queridos al sur de México, con una riqueza cultural que abarca historia prehispánica, gastronomía tradicional y preciosas maravillas naturales. Entre estas últimas destacan los cenotes, sorprendentes pozos de agua usualmente resguardados por la selva, alimentados por filtraciones de agua y corrientes subterráneas; si bien existen diversos tipos –abiertos, semi-abiertos, cerrados y profundos–, definitivamente el cenote Sac-Aua es uno de los más especiales.
El cenote Sac-Aua se ubica en Dzalbay, una pequeña localidad del municipio de Temozón conocida por su belleza medioambiental. Lo que hace tan maravilloso a este lugar es que alberga uno de los únicos cenotes con una isla en su interior, que a su vez es una joya turística oculta y alejada de las grandes multitudes a sus alrededores, lo que le brinda una atmósfera bastante pacífica y permite que su espacio se aprecie de forma más orgánica.
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A este cenote se le conoce también como ‘el cenote de las doncellas‘, esto debido a que historias locales cuentas cómo en tiempos prehispánicos su espacio se usaba para sacrificios de mujeres jóvenes. Actualmente se encuentra abierto para su visita pública, lo que permite maravillarse con sus aguas cristalinas y el entorno vegetal que le rodea; lo que hace tan especial al cenote Sac-Agua es que en su interior –justo en la parte central– se encuentra una pequeña isla completamente natural, habitada por grandes árboles que salen hasta la superficie y le brindan al sitio una atmósfera surrealista.
El cenote Sac-Agua cuenta con un diámetro de aproximadamente 90 metros, con una profundidad de hasta 12 metros y perfecto para refrescarse en sus aguas tranquilas. Se recomienda visitarlo de manera responsable, interviniendo en lo más mínimo en el entorno, esto para preservar de mejor manera la flora y fauna que alberga. Cabe destacar que en sus inmediaciones también hay una palapa con restaurante, por lo que vale la pena aprovechar para disfrutar algunas de las especialidades locales.
