La Ciudad de México alberga infinidad de joyas arquitectónicas, algunas de ellas restauradas como alojamientos que permiten habitar espacios de belleza y diseño destacables. Tal es el caso de Casa Pani, la antigua vivienda del arquitecto y urbanista mexicano Mario Pani, que ahora se establece como una preciosa casa de huéspedes en la Cuauhtémoc, perfecta para viajeros que aprecien el diseño interior y la hospitalidad más familiar.
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Mario Pani fue uno de los arquitectos y urbanistas mexicanos más importantes del siglo XX, conocido no sólo por compartir el estilo internacional y funcionalismo en gran parte de sus proyectos, entre los que destacan el Conservatorio Nacional de Música, la Torre de Rectoría de la UNAM, la Escuela Normal de Maestros y la Torre Insignia de Tlatelolco. Una de sus casas más representativas permanece erigida en la Cuauhtémoc como Casa Pani, restaurada como una maravillosa casa de huéspedes donde conocer de primera mano su estilo interior.
La historia de Casa Pani data de 1962, cuando el arquitecto mexicano desarrolló el proyecto como una vivienda privada de carácter residencial, que hasta la fecha mantiene su diseño sustancial dentro de un hospedaje pacífico. Aunado a esto, se creó una nueva casa que celebra la obra de Mario Pani, por lo que todo el conjunto se establece como un espacio comunitario de seis habitaciones, que pueden rentarse individualmente o en su totalidad.
El alojamiento respeta los materiales y el diseño empleados en la primera construcción de Pani, por lo que visitarlo es disfrutar una apreciación constante de la obra del arquitecto. Ambas casas se conectan por un pasillo recubierto, y permiten disfrutar de dos grandes jardines y terrazas al aire libre; en la planta baja hay una hermosa alberca interior-exterior, al igual que un bar y una cocina completamente equipada para su uso común.
A pesar de tratarse de una antigua vivienda, cada una de las habitaciones disponibles en Casa Pani cuenta con su baño privado y acceso directo al aire fresco. La ubicación del hospedaje no podría ser mejor, ya que se encuentra a unos cuantos pasos de bares, restaurantes y museos, y permite caminar hasta el Paseo de la Reforma para disfrutar una de las avenidas más importantes en la CDMX.
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